El ParcBit de Palma ha acogido este martes la presentación de Imago, una trampa para insectos diseñada por el menorquín Iker Martínez Eceolaza, que aporta una solución sostenible al control de plagas en árboles, huertos y viñas.
El innovador producto se ha gestado desde el Centre Bit de Menorca, donde la empresa Somni Project está alojada y recibe apoyo y asesoramiento de la Fundación Bit. El proyecto Imago es el primer producto propio de Somni Project y cuenta con una patente que avala su elevado grado de innovación.
Entre sus principales ventajas, según ha informado el Govern, se encuentra el bajo impacto visual, que no necesita mantenimiento, que tiene un diseño aerodinámico, se trata de un producto totalmente biodegradable y permite su producción mediante tecnología de impresión 3D.
El director general de Innovación e Investigación, Pep Lluís Pons, ha destacado la importancia del producto «como ejemplo claro de economía circular, basado en el conocimiento y con unas expectativas muy interesantes».
Imago aporta numerosas aplicaciones a los sectores forestal, agrícola, vitivinícola, hortícola y fructícola y es válido para la captura de más de 140 especies de insectos.
Uno de los usos más idóneos de la trampa es el control de las plagas de procesionaria del pino, pero también puede ser usada para la lagarta peluda, la tuta absoluta, la lobesia brotana o el minador de la palmera, entre otros.
En cuanto a sus ventajas, la trampa es respetuosa con el medio ambiente puesto que no utiliza en ningún caso insecticidas, sino unas cápsulas que contienen feromonas femeninas que actúan para atraer los machos de la misma especie y evitar la fecundación de las hembras. Así se controla la población de insectos del año próximo.
En línea con la sostenibilidad del producto, Imago no contiene partes metálicas ni derivados del petróleo, y únicamente tiene materiales sostenibles y respetuosos con el medio ambiente, como el maíz o la caña de azúcar.
A partir del día 1 de junio, 100 trampas Imago se distribuyeron en toda Menorca, 50 de las cuales se destinaron a la finca rural pública de Alforí de Dalt, dentro de un programa piloto del Consell Insular de Menorca.
La trampa también ha sido distribuida en Australia, gracias a un acuerdo con un agente colaborador de Girona. En este sentido, Iker Martínez ha declarado que «la impresión en 3D otorga unas ventajas competitivas ante la competencia, puesto que permite hacer las mejoras sobre el producto de una manera más fácil y barata. Además, con la impresión en 3D desaparecen los costes relacionados con la logística, facilitando la producción de la trampa en cualquier parte del mundo».
Además, propietarios privados de cultivos ecológicos, empresas de ingeniería agrónoma, centros educativos y clientes particulares ya han mostrado interés en el producto, que el 2019 tiene prevista su venta a través de comercio electrónico para dar cobertura global.