La reducción de carriles de circulación del Passeig Marítim será superior a la prevista y abarcará desde la esquina de avenida Argentina hasta Portopí. Inicialmente, el proyecto solo afectaba al tramo comprendido entre Monseñor Palmer y el Auditòrium. Sin embargo, el informe técnico que ha encargado la Autoritat Portuària de Balears (APB) para comprobar la viabilidad de eliminar carriles de circulación, no solo establece que es posible sino que aconseja ir más allá y recomienda reducir un carril de circulación desde la esquina de avenida Argentina hasta Portopí. Cada día pasan por este tramo unos 20.000 vehículos, un 20 % más en verano, pero el incremento no se produce en horas puntas.
El Passeig Marítim pasará de tres a dos carriles de circulación por sentido, salvo en el tramo entre avenida Argentina y Monseñor Palmer que hay cuatro y se pasará a 3. En este punto, los técnicos sugieren que uno de los carriles sea exclusivamente para girar hacia Monseñor Palmer con la finalidad de evitar que se formen colas, ya que es otro de los puntos con más tráfico, y los tres restantes para circular por el Marítim. Además, los técnicos proponen incrementar la longitud del carril para girar hacia avenida Argentina desde el Marítim, ya que es otro de los puntos en los que han detectado más volumen de circulación.
El estudio señala que la reducción de un carril de circulación por cada sentido supondría la eliminación de 124 plazas de aparcamiento, utilizadas principalmente de personas que trabajan en el centro, pero puntualiza que el párking de Marqués de la Senia podría ser una solución. Además, se pasaría de cuatro pasos de cebra a 11. En este punto, subraya que cada hora cruzan por el medio de la calzada 13 peatones, con el riesgo de sufrir atropellos que supone.
Los técnicos establecen que estas medidas mejorarán la movilidad peatonal, ya que ahora las aceras son muy estrechas, hay conflictos con los carriles bici y pocos pasos de cebra. También señalan que está mal resuelta la conectividad peatonal de Marítim con Joan Miró y Cala Major. Tras tener el visto bueno de los técnicos, la APB encargará un estudio y las obras se licitarán a lo largo de 2019. El coste estimado de este proyecto es de unos 20 millones de euros, que pagará el ente portuario.