El Bar Plata se fundó en el año 1936 y era un lugar de reunión de los republicanos durante la dictadura franquista, según consta en la ficha de establecimientos emblemáticos que ha realizado el Ajuntament de Palma.
En el año 1956 el Bar Plata cambió de propietario, pero no de nombre, y fue adquirido por Joan Serra, que venía de trabajar del Bar Lírico, uno de los más emblemáticos de Ciutat que ya ha cerrado sus puertas. Hoy ya está al frente del Bar Plata su hijo Tolo Serra, que no oculta que le haría ilusión que hubiese una tercera generación al frente de este negocio. Aunque asegura que su hijo tiene cualidades para ello, precisa que está estudiando y no sabe si finalmente se decantará por regentar el bar como su padre y su abuelo.
El Bar Plata es famoso por sus llonguets, que son elaborados con pan de otro establecimiento emblemático, el horno de Ca‘n Canet. Las mañanas son un no parar para Tolo y la otra persona que trabaja con él. Muchos funcionarios y vecinos de la zona de Cort van a reponer fuerzas allí, donde se sienten como en casa. Tolo llama a la mayoría de sus clientes por sus nombres, conoce sus gustos y prepara con esmero sus desayunos. «Los clientes son los de toda la vida, muchos funcionarios y comerciantes de la zona», explica. Aunque por allí también pasan muchos políticos, son tratados como el resto de clientes. Tolo no nombra a ninguno, ya que quiere dar protagonismo a ninguno de ellos, puesto que para él todos son iguales.
Para Tolo, el Bar Plata es su vida. En este sentido, cabe destacar que trabaja allí desde que hizo el servicio militar, y pese al paso del tiempo no ha perdido la pasión por su trabajo. «Te tienes que enamorar de un negocio así para poder llevarlo, lo tienes siempre en la cabeza, aunque te vayas de vacaciones o de viaje», confiesa.
Otro de los secretos del éxito para haber superado todas las crisis y contar con 82 años de historia es tener sentido del humor y sentido común. «Si quieres trabajar en un bar de toda la vida esta es la esencia: sentido del humor y sentido común», señala.
Tolo resume que el Bar Plata puede presumir de llevar tanto tiempo abierto porque «hacemos lo mismo de siempre: no nos olvidamos de ofrecer calidad a un buen precio y dar un buen trato a los clientes. Para estar detrás de la barra es muy importante saber gestionar el trato con los clientes». En este punto, explica que las personas que trabajan en un bar son un poco psicólogos; precisa que lo dice con todo el respeto para estos profesionales. «Cada persona es un mundo y tenemos que adaptarnos a todas ellas», explica.
El propietario del Bar Plata tiene muy presentes los consejos que le dio su padre y a éste le atribuye gran parte del éxito de este establecimiento, que es uno de los 78 que ha sido denominado emblemático por el Consistorio palmesano.