La lluvia intermitente ha condicionado la tradicional bendición de palmas del Domingo de Ramos, el acto con el que arranca la Semana Santa 2018, que esta vez ha tenido que transcurrir a cubierto en el interior de la Seu.
Sobre las diez de la mañana tenía que iniciarse un acto en la sede del Palau Episcopal, pero el tiempo ha impuesto su rigor, y las palmas y las ramas de olivo se han trasladado por las circunstancias meteorológicas al interior de la Catedral de Mallorca.
Allí centenares de fieles han podido bendecir sus palmas y han asistido a la ceremonia religiosa oficiada por el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull.