Que un comercio local aguante más de 200 años no es tarea fácil. Si no, que se lo digan a los hermanos Vich, propietarios de la peluquería más antigua de Palma, situada en el barrio de Pere Garau. Mario Vich es uno de los dos propietarios. Lleva, junto a su hermano Alberto, unos cuatro años al frente de este negocio bicentenario, aunque asegura que «nosotros nos hemos criado en la peluquería».
La ubicación de la Perruqueria Vich cambió en el año 1969 porque «el primer local no era en propiedad». Al principio, se encontraba en la calle San Miguel, en pleno centro de la ciudad y era regentado por el abuelo de los propietarios y su hermano. En esa época, a la peluquería acudían «muchos políticos de la Isla, e incluso venía gente desde el Congreso de los Diputados», según explica Mario Vich.
Nueva etapa
«Cuando se cambió la ubicación del negocio, ya estaba mi padre», asegura Mario. El peluquero añade que su progenitor, Joan Vich, «se fue, cuando tenía unos catorce o quince años a Barcelona, para formarse durante cuatro meses en la única academia de peluquería que había en ese momento, y trajo muchas tendencias que no habían llegado a Mallorca».
El propietario del negocio contó a este diario que «el primer local que se compró era muy pequeño» y en la transición, el local pasó de ser barbería de caballeros a ser peluquería unisex. Eso sí, en el inicio, la peluquería de hombres y de mujeres estaban separadas. Al principio, las mujeres al fondo del local. Después, las mujeres en la planta de arriba. Mario Vich explica que la separación se hacía «por los olores. Los productos para hacer las permanentes o los tintes de mujeres eran muy fuertes, y desprendían olores potentes, por lo que se optó por separarlos».
Desde PalmaActiva aseguran que Joan Vich introdujo novedades vanguardistas en la peluquería, y el hijo lo confirma: «mi padre se iba por toda Europa, pero sobre todo a Londres, a aprender técnicas de peluquería, traía todo lo aprendido a la Isla y lo reinventaba. De hecho, le llamaban de muchas revistas nacionales como referente. Nosotros nos hemos criado en la peluquería y hemos vivido la profesión de esta manera».
La clientela que tienen es «de todo tipo». Señoras, caballeros, jóvenes pasan a diario por las butacas de Perruquería Vich, incluso siguen acudiendo personas «de 90 años a los que les cortaba el pelo mi abuelo».
La peluquería vivió su momento de expansión hace unos años. Los hermanos Vich, junto a su padre, abrieron varios locales e incluso una academia de peluquería que tuvo que cerrar con la crisis. Explican que «el Gobierno no ayuda a los sistemas de formación, es complicado».
A pesar de la crisis, la peluquería más antigua de Palma tiene la vocación de continuar. ¿El secreto? Resumido en una frase de Joan Vich, tener «ilusión, muchas ganas y trabajar más horas que un reloj».