La Empresa Funeraria Municipal (EFM) de Palma ha iniciado los trabajos de exhumación de las tumbas sin propiedad que van a ser suprimidas para poder esponjar la parte más antigua del cementerio palmesano.
El gerente de la EFM, Jordi Vilà, explica que «se han abierto expedientes de caducidad de las concesiones administrativas de una serie de sepulturas, bien por falta de pago o por defectos de titularidad, es decir porque no se sabe muy bien quién es el titular».
Este proceso administrativo de poner al día las concesiones afecta a todo el cementerio, añade, pero en el sector dos, el más antiguo, se está aprovechando el proceso para ganar espacio y poder abrir viales. Esto se conseguirá suprimiendo las tumbas posibles para de esta forma poder esponjar una zona en la que las sepulturas están demasiado juntas y apenas queda espacio para que los visitantes o los trabajadores pasen entre ellas.
Las exhumaciones han comenzado por este sector dos y una vez realizado el número mínimo necesario «entrarán los albañiles para hacer los trabajos de suprimir algunas sepulturas y mover otras», apunta Vilà. Se van a tener que mover unas 280 tumbas y se suprimirán cerca de 100. Además de abrir viales también se crearán nuevos accesos, con lo que se conseguirán dos pasos transversales que cruzarán esta zona del cementerio.
También se suprimirán algunas tumbas que hay a los pies de los nichos para despejar estas paredes. Y es que actualmente están suspendidas las inhumaciones en ellos porque no se pueden montar elementos de altura. De esta forma se podrán recuperar y se permitirá el paso. Todo este trabajo, añade el gerente, finalizará este año y es la primera fase de un proyecto mayor que abarcará otras zonas del cementerio, algunas de ellas bastante degradadas, aunque en este caso las nuevas fases quedarán para la próxima legislatura. La primera fase tiene un presupuesto de 530.000 euros.
Vilà expone, además, que los huesos exhumados, si no son reclamados por ningún familiar, se llevarán al osario general dentro de un par de años. Por el momento, una vez que se sacan de la sepultura se conservan en unos sacos apropiados y se guardan en unos depósitos provisionales.
En el cementerio hay varios osarios generales distribuidos por el recinto, ya que se trata de equipamientos obligatorios, y a ellos van a parar los restos de las unidades enterramiento antiguas que se vacían.