La mayoría de los principales sindicatos del sector sanitario público se han mostrado este miércoles satisfechos por la supresión de la obligación de acreditar conocimientos de catalán para tener una plaza de médico o enfermera en el Servicio de Salud de Baleares.
El proyecto de decreto que el Govern ha presentado a los representantes de los trabajadores establece que cualquier profesional sanitario podrá concurrir a las oposiciones aunque carezca de titulación de catalán y que, si obtiene la plaza, dispondrá de dos años para sacarse el título preceptivo del idioma propio de las islas.
En caso de que no certifique en ese plazo el haber obtenido el título de catalán, conservará la plaza que ganó en la oposición, pero no podrá optar a traslados dentro de Baleares ni beneficiarse de los pluses de carrera profesional.
Además, el proyecto de decreto presentado en la reunión preparatoria de la Mesa Sectorial, convocada para el viernes, contempla la reducción de los niveles de catalán que en el anterior borrador se plantearon como requisito: a los médicos y enfermeros se les pedirá un grado B1, en lugar del B2, y a los auxiliares de enfermería un A2, frente al B1 de la primera regulación.
El director general de Ib-Salut, Juli Fuster, ha subrayado que con estas condiciones se garantiza la cobertura de todas las plazas en la sanidad pública y que los médicos y enfermeros entiendan a los pacientes, y ha afirmado que, aunque no sea obligatorio que todos los empleados públicos sanitarios sepan catalán, sí se cumple la Ley de Función Pública que determina que conocer la lengua propia es un requisito para trabajar en la administración.