Los ciudadanos se están viendo sorprendidos estos días por la presencia de carteles que cuelgan del mobiliario urbano, en los que se indica su coste. El objetivo de esta campaña, que ha puesto en marcha el Ajuntament de Palma, es concienciar a la ciudadanía de la importancia de luchar contra el incivismo, ya que los actos vandálicos tienen un coste que terminan pagando todos los contribuyentes. Por citar un ejemplo, el precio de un contenedor es de 700 euros y en las últimas semanas se han quemado en Ciutat 20 contenedores, lo que supone un coste de 14.00 euros, que pagarán todos los ciudadanos. A esto hay que añadir el gasto que supone desplazar a los bomberos. En 2016, los Bomberos realizaron 130 intervenciones motivadas por incendios en los contenedores.
Además de los contenedores, los objetos del mobiliario urbano que sufren más actos vandálicos son las señales -cada una tiene un precio de 256 euros-, los soportes de bicicleta -188 euros por unidad-, los poste de la parada de autobús -595 euros cada uno-, los árboles -240 euros por ejemplar- y los bancos -300 euros cada uno-.
La Federació d?Associacions de Veïns considera que esta campaña es necesaria, pero exige a Cort que cumpla con su parte y mantenga en buen estado de conservación el mobiliario urbano. El presidente de la citada entidad, Joan Forteza, destaca que su estado de conservación es «manifiestamente mejorable», especialmente el de bancos y papeleras.
ARCA también aplaude la campaña, pero insta al Consistorio a mantener en buen estado de conservación los carteles de la misma, así como que sea temporal. El PP de Palma ha calificado esta campaña de «despropósito». «Palma está peor que nunca y ahora resulta que es culpa del incivismo», ironizó la portavoz del PP, Margalida Durán.