Baleares reducirá este año por primera vez en su historia su deuda pública en términos absolutos, en concreto en 6 millones de euros respecto al cierre de 2017, y evitará solicitar los 142 millones a los que podría acceder en concepto de endeudamiento según sus posibilidades financieras.
La Conselleria de Hacienda y Administraciones Públicas ha emitido este viernes un comunicado en el que destaca que el Govern balear ha decidido recurrir a menos endeudamiento del que puede asumir y alcanzará un «punto de inflexión» tras años de crecimiento continuado de la deuda.
Según sus previsiones, el ejecutivo prevé una reducción de la deuda de 6,1 millones de euros al cierre de este año, una disminución que rebajaría la cifra global de deuda hasta los 8.799 millones de euros, mientras que la previsión de cierre a 31 de diciembre de 2017 se situaba en los 8.805 millones de euros.
El último dato publicado por el Banco de España fijó la deuda en 9.049 millones de euros al cierre del tercer trimestre de 2017.
Además, para 2018 la previsión del ejecutivo balear es no solicitar esos 142,7 millones de nuevo endeudamiento, según su capacidad y los límites establecidos por el Ministerio de Hacienda y Función Pública.
En caso de agotar el margen de endeudamiento, Baleares terminaría 2018 con 8.942 millones de deuda, pero la previsión del Govern es cerrar el año con una cifra de 8.799 millones, según los cálculos de la dirección general del Tesoro, Política Financiera y Patrimonio .
La posibilidad de endeudamiento de Baleares para el 2018 llega a 1.084 millones, de los que 947,3 corresponden a amortizaciones ordinarias, 124 millones al déficit permitido para este ejercicio (0,4% del PIB) y 12,7 millones a cubrir las liquidaciones negativas del sistema de financiación 2008/2009.
Sin embargo, el ejecutivo autonómico ha presentado para este año un presupuesto que «cumple con creces» los objetivos de estabilidad.
La consellera de Hacienda, Catalina Cladera, ha declarado de que se trata del inicio de una nueva etapa en Baleares que supone un «punto de inflexión» tras años de crecimiento continuado de la deuda pública.
Cladera ha resaltado la «línea de control y estabilización» de la deuda pública mantenida por el actual ejecutivo balear desde el inicio de la legislatura.
La consellera ha reconocido que Baleares aún sufre una «deuda alta», de la que más de un 70 % corresponde a los mecanismos de financiación del Estado, y ha recordado que la falta de financiación ha generado unos 5.000 millones de euros de la deuda pública autonómico desde el año 2002, una cifra vinculada principalmente al anterior modelo de financiación.
Por este motivo, una de las propuestas de Baleares es la condonación parcial de la deuda por parte del Gobierno del Estado.
Cladera ha defendido que la «compensación» de la deuda procedente del «problema histórico de infrafinanciación» debe incluirse en la reforma del sistema de financiación, una reclamación que también han formulado otros gobiernos autonómicos.
La consellera confía en que el Gobierno del Estado presente su propuesta de nuevo modelo de financiación, a pesar del retraso que ya acumula en este sentido respecto a las promesas de tenerlo listo antes de concluir el año 2017.
El Govern, ha dicho Cladera, ha demostrado una «gestión cuidadosa, con lo cual cumple con los objetivos de déficit y de deuda y con los plazos de pago a proveedores».
Por todo ello, la titular de Hacienda ha criticado tanto las «amenazas» del Gobierno del Estado en relación al cumplimiento de la regla de gasto, como el recorte de 67 millones de euros en la aportación a Baleares de los recursos del sistema de financiación para 2018.