«Este chico es un ingenuo. No tiene malicia», fue el comentario de un histórico del PSM, ya jubilado, ante los primeras rasgadas de camisa -a menudo teñidas de cinismo- porque el bueno de Biel Barceló se fue 'gratis total' al Caribe, sin aparentemente calibrar las consecuencias de su metedura de pata. Lo cierto es que Barceló, que se cansó de repetir la frase «no dimitiré» en los últimos tiempos, ya parecía un boxeador sonado cuando aterrizó hace poco en Punta Cana entre unas ganas locas de desconectar de todo y de todos. El bombardeo que ha tenido que soportar en su Conselleria ha marcado época. Un racimo de torpedos tras otro le han tirado a pique a Jaume Garau, a Pere Muñoz, a Pilar Carbonell....Es más de lo que un político puede soportar. La dirección de Més le ha retirado su apoyo y el 'chico ingenuo' arroja la toalla. Lo de siempre en la travesía política en el mar de los tiburones.
Pero lo que no ha analizado Més es su propia debilidad. Ahí está la raíz de todo. ¿Por qué se atreven con ellos?, sobre todo con el PSM. Que se sepa, no han hecho un análisis serio y profundo de la larga y paciente caza, acoso y derribo de su cabeza de lista Biel Barceló, que cosechó en 2015 el mejor resultado de la historia del econacionalismo balear. Allí, probablemente, empezó todo. Los misilazos no tardaron en llegar, secos y directos. Al final, Barceló, zombi y zumbao, se ha tirado por desde la copa de una palmera dominicana, tras tener que tragarse el sapo de la caída de la flor y nata de los suyos y verse obligado a cesarlos. En el fondo, lo de Punta Cana no es un error infantil, es un hara kiri.
¿Ha calibrado MÉS el alcance y objetivo final de este bombardeo contra su cabeza de lista? ¿Creen acaso que cesarán las acciones hostiles con el batacazo d'en Bielet? ¿O tal vez al fin han comprendido que las desgracias de la calle Montenegro, sede de la Conselleria, no son otra cosa que la punta del iceberg de lo que se les puede venir encima?
Los expertos en espionaje afirman que cuando a una organización, o a un país, le suceden hechos inesperados y dolorosos, la primera vez puede deberse a la casualidad; la segunda, a la coincidencia; pero la tercera ya es acción del adversario de manera incuestionable. La habilidad es comprender en estos momentos quién es este adversario, qué motivaciones tiene y cuál es su objetivo final. El cadáver político de Barceló es sólo un escalón hacia objetivos mayores.
MÉS ha de reflexionar sobre su debilidad desde el momento es que les han forzado a guillotinar a su cabeza de lista tras haber perdido éste el norte, el alma y el sentido común a fuera de mazazos. Sólo a los débiles se les fuerza a semejante ejercicio de autohumillación. El arte de descabezar a una organización sin que se note la autoría es el más sublime y sutil de la política. MÉS (sobre todo el PSM, su 'alma mater') deberían comprenderlo y articular tácticas de autoprotección o, de lo contrario, les vienen curvas muy cerradas y plagadas de peligros de cara a las próximas autonómicas. Ahora se dedican a mandar correos electrónicos a sus afiliados explicándoles la situación y deshaciéndose en elogios hacia Barceló para que su caída no desmoralice a las bases.
Es la clásica reacción de una organización que, inconscientemente, se siente amenazada. «Biel no tiene malicia», comentaba un histórico del PSM, un partido que necesita como el pan un liderazgo de acero para superar la edad de la inocencia.