El Consell dará inicio a la elaboración de una Carta arqueológica subacuática de Mallorca a partir de la información recababa durante una campaña realizada en mayo en los catorce yacimientos existentes en aguas del archipiélago de Cabrera, ha anunciado este jueves el vicepresidente, Francesc Miralles.
Tras la información recogida sobre la ubicación y el estado de conservación de los yacimientos arqueológicos en trece pecios y una zona de anclaje en aguas de Cabrera, se elaborarán planes de protección para cada uno de ellos, con medidas para garantizar la conservación, investigación y difusión de su patrimonio, ha informado la institución insular en un comunicado.
Además se redactará un proyecto plurianual de intervenciones, que determinará las zonas donde se actuará en Mallorca. El presupuesto para iniciar la Carta arqueológica subacuática es de 50.000 euros en 2018.
El vicepresidente y conseller de Cultura, Patrimonio y Deportes ha defendido que dicha herramienta es «imprescindible para la salvaguarda del patrimonio subacuático» y ha recalcado que el trabajo en Cabrera «representa el punto de partida de la futura Carta arqueológica subacuática de Mallorca».
La campaña de prospecciones en el Parque Nacional ha permitido poner en práctica una metodología de recogida de información basada en la elaboración de fichas y también una primera experiencia de colaboración institucional entre el Servicio de Patrimonio del Consell de Mallorca y la Armada.
La campaña en Cabrera la han dirigido los arqueólogos subacuáticos Sebastià Munar y Carlos de Juan, con la supervisión del personal técnico del Consell y la colaboración de la Armada, que cedió dos embarcaciones con base en Cartagena (Las Palmas y Neptuno), equipadas con sistemas modernos de teledetección submarina, y el apoyo logístico del Parque Nacional de Cabrera.
Cabrera fue elegida punto de partida de la futura Carta arqueológica por estar en el centro de las rutas comerciales marítimas de la antigüedad. Las aguas de Cabrera eran muy peligrosas para navegar a vela, especialmente en condiciones meteorológicas adversas, lo que hace que la concentración de naufragios en este lugar sea las más elevados de todo el Mediterráneo occidental.
Según el Consell, la posición de la mayor parte de los pecios de Cabrera sólo se conocía por fuentes orales. Para localizar los restos arqueológicos, se utilizó un sonar de barrido lateral, que permitió reconocer la superficie del fondo marino.
Los restos arqueológicos detectados a más de cincuenta metros de profundidad se inspeccionaron con la ayuda de un vehículo submarino no tripulado (ROV) que permitió registrar imágenes de los yacimientos.
El Cabrera XIV, descubierto hace cerca de un año, es uno de los pecios de época romana mejor conservados del Mediterráneo. La revisión del yacimiento ha permitido comprobar que las medidas de protección aplicadas al yacimiento son efectivas, ya que los restos arqueológicos continúan inalterados.
El Consell ha advertido de que el riesgo de expolio de estos yacimientos sigue vigente. La localización exacta de los yacimientos subacuáticos de Cabrera permitirá a los cuerpos y fuerzas de seguridad establecer medidas nuevas de vigilancia para evitar el expolio y garantizar su conservación.
Hasta este momento, se han documentado catorce naves de diferentes épocas históricas en aguas del Parque Nacional de Cabrera: dos de época púnico-ebusitana, cinco del alto Imperio romano, cuatro del bajo Imperio Romano y tres de época moderna.
La mayoría de los yacimientos fueron descubiertos y saqueados entre los años 60 y 80. Parece que la creación del Parque Nacional de Cabrera en 1991 frenó el expolio y propició la conservación.
Miralles ha destacado que la información recogida permitirá elaborar diferentes tesis sobre el comercio antiguo en el Mediterráneo occidental para conocer cuáles eran las importaciones y exportaciones, los puertos de referencia y qué papel jugaba Mallorca en cada momento histórico.
«Ahora sí tenemos perfectamente localizados estos yacimientos, sabemos dónde están y esto permite articular para cada uno un tratamiento específico y permite una vigilancia mucho más adecuada», ha asegurado.
Miralles ha explicado que esta información se comunicará a todas las instituciones implicadas en la protección del patrimonio, para mejorar el control de los yacimientos ante «furtivos que, para obtener unas ganancias exiguas, destrozan la historia de todos».