El PP reconoce que la venta de la sede central del partido en Baleares servirá para aliviar la situación financiera de la formación política, que tiene que hacer frente a una hipoteca mensual de 7.800 euros con una merma importante de ingresos. Diversos dirigentes de la formación conservadora reconocieron este miércoles que la propuesta está sobre la mesa, pero que aún es pronto para tomar una decisión.
Los dirigentes vinculan públicamente la operación de venta a la pérdida de ingresos motivada por la derrota electoral, pero en privado reconocen que en la decisión pesan las acusaciones de corrupción vinculadas a la reforma de la sede.
En el PP creen que la venta es una manera de acabar con las acusaciones que periódicamente lanzan otros partidos. De hecho, en la anterior legislatura, con una situación económica boyante, también se estudió intentar la operación.
El PP ingresa en esta legislatura poco más de 500.000 euros de las instituciones cuando hace dos años los ingresos superaban 1,2 millones de euros. Al poco de comenzar la legislatura incluso se estudió la posibilidad de pedir una refinanciación de la hipoteca, algo que finalmente no llegó a concretarse. Lo que sí se aprobó fue una reducción importante de los gastos.
En cualquier caso, en la formación no hay unanimidad sobre la venta ya que hay dirigentes que consideran que se trata de un edificio en una situación inmejorable. Algunos han llegado a proponer vender el último piso o alquilarlo para obtener ingresos por esta vía. La sede central tiene el acceso principal por la calle Palau Reial pero hay otra entrada independiente por la calle Conqueridor, por lo que el acceso a la última planta está garantizado por esta otra vía.