La hija acusada de haber allanado junto a su madre la que había sido su antigua vivienda familiar ha contado este lunes ante el jurado de la Audiencia Provincial que su padre ya le ha denunciado unas once veces por distintos motivos, aunque antes de los hechos su relación era «muy buena».
Así se ha expresado durante el interrogatorio en el juicio que se está celebrando en la Audiencia desde este lunes. La joven, que está acusada de allanamiento junto a su madre, ha explicado que había estudiado varios años en Madrid pero su vivienda había sido siempre la de la familia en Bunyola y que no tenía otra casa en Mallorca. «Pensaba que mi padre no me iba a poner ninguna pega por que viviese en mi casa», ha dicho.
Se trata de una casa de campo en la carretera de Sóller, dentro del término municipal de Bunyola, que había sido la vivienda común del matrimonio antes de que se separara en 2004. En 2014, madre e hija se instalaron en la vivienda utilizando sus propias llaves, en contra de la voluntad del padre.
Después de que declarase su madre, la hija ha explicado que estudiaba en Madrid pero su casa de Mallorca era la de Bunyola, donde tenía sus enseres, si bien algunos días a la semana dormía en el apartamento que había alquilado su madre en Palma.
La joven ha relatado ante el jurado que siempre tuvo «muy buena relación» con su padre pero que empezó a ir mal a finales de 2013 -antes de los hechos por los que se le acusa-. Según su versión, para ella su padre «siempre ha sido todo» pero cuando se percató de que estaba teniendo «una actitud injusta» y se lo dijo, «al no apoyarle él se enfada y no quiere dialogar».
Después de que madre e hija se instalaran en la casa familiar, el padre comenzó a pernoctar cada día en la vivienda, en un cuarto propio. «Juntos pero no revueltos», ha enfatizado la hija, que ha admitido que la situación «era tensa».
Además, ha asegurado que el padre las ha sometido a un «hostigamiento» reiterado durante todo el tiempo en el que han estado en la casa familiar. Paralelamente, la joven ha coincidido con su madre en que al llegar a la vivienda «la casa estaba abandonada» y en un estado de «dejadez absoluta».
En este sentido, la acusada ha dicho que antes de instalarse su padre «nunca estaba» y que pensó que no le iba a «poner ninguna pega» por vivir en la que consideraba su casa. «Jamás mi padre me iba a decir que no fuera a mi casa, he estado todas las vacaciones de mi vida», ha apuntado la mujer, que ha asegurado que nunca ninguno de sus padres le prohibió entrar y que el denunciante siempre le había dado copia de las llaves cuando se había cambiado alguna cerradura.
La joven también ha dicho que cree que su padre ha alquilado un piso porque su actual novia cobra una pensión de su marido y «para no perderla no hay que demostrar que tiene una convivencia marital con otra persona».
El juicio continuará este martes a partir de las 09.30 horas con las declaraciones de varios testigos.