La Audiencia de Palma juzgará a partir del lunes próximo a una mujer y su hija por instalarse en casa de su exmarido y padre contra su voluntad una década después de la separación del matrimonio y para quienes la Fiscalía pide una condena de 1 año y medio de prisión por allanamiento de morada.
Un jurado juzgará a Maria de Lluch G.T y María Teresa C.G.T acusadas por la Fiscalía de un delito de allanamiento de morada y también de una falta de coacciones.
Según el ministerio público, madre e hija conservaron las llaves del que había sido su domicilio familiar, una finca del municipio de Bunyola, y, diez años después de la separación efectiva del matrimonio, accedieron a su interior y se instalaron para residir en ella contra la voluntad expresa del morador que era esposo de una y padre de la otra.
Cinco semanas después de que las mujeres se instalaran en la casa, el hombre instaló una cerradura en la puerta de su habitación. El mismo día que la había instalado, las dos mujeres «puestas de común acuerdo y con ánimo de hostigamiento», estropearon dicho cierre con pegamento.
La Fiscalía pide para cada una de las acusadas una pena de un año y diez meses de prisión por un delito de allanamiento de morada con la agravante de parentesco; y siete días de localización permanente en domicilio alejado y diferente del de la víctima por la falta de coacciones.
La Fiscalía también solicita que las acusadas indemnicen a la víctima con los 48,40 euros de perjuicio económico que le causaron al estropear la cerradura de su habitación.