Las compañías aéreas han programado para este invierno, que se desarrolla entre el 28 de octubre y el 30 de marzo de 2018, más de 6 millones de asientos, frente a los 5.622.400 del pasado año, y más de 40.000 movimientos, lo que representa un alza del 6,1 % y un 4,4 %, respectivamente, sobre la temporada pasada.
A falta de cerrarse la programación y que AENA de los datos oficiales, los grupos turísticos y aerolíneas han solicitado el mayor número de «slots» (movimiento de avión en franja horaria), ya que la demanda vacacional se ha incrementado por el aumento de la conectividad aérea y la puesta en marcha de productos turísticos desestacionalizadores.
Los principales mercados emisores serán, a parte del español, Alemania, Reino Unido, países escandinavos y Suiza.
El aeropuerto, a priori, mantiene el mismo número de rutas con respecto a la temporada de invierno del año anterior, con 115 en total, aunque la cifra puede aumentar una vez se conozca la programación oficial de todas las aerolíneas.
El incremento de la conectividad aérea, pese a los descalabros de Air Berlin y Monarch Airlines, no ha supuesto ningún problema para que su espacio haya sido ocupado por otras aerolíneas europeas. A esto hay que sumar el nacimiento de otras, como Thomas Cook Airlines Balearics, lo que hará que Mallorca crezca en número de pasajeros de noviembre a marzo.
Esta circunstancia se debe, en parte, a la consolidación de los productos de turismo activo (golf, senderismo, náutica cicloturismo) cultura, gastronomía y citybreaks (viajes cortos).
La ocupación hotelera en la Isla se mantendrá similar a del año pasado.