Los vecinos de la urbanización de Son Puig denuncian la instalación de una torre de alta tensión de casi 50 metros de altura a menos de 40 metros de sus viviendas (la OMS aconseja 1 metro por cada kv, en este caso 220 metros). La torre es solo una de las catorce que se van a colocar en el bosque de Son Puig como parte de un proyecto de tendido de dos nuevos circuitos aéro-subterráneos de interconexión con la red de transporte a 220 kv de la nueva estación de Son Moix desde la línea existente, la que une Son Reus y Valldurgent 2.
El presidente de la comunidad de vecinos, David Segura, afirma que los residentes están preocupados por el peligro que supone tener una torre de alta tensión tan cerca de las viviendas y a tres metros de la acera. Por eso los vecinos de Son Puig se han movilizado junto a las asociaciones vecinales de Son Rapinya y Son Roca, también afectadas, y entre hoy y mañana se reunirán con Medi Ambient, Energia y el Ajuntament de Palma.
Aunque no cuestionan la necesidad de la obra, sí van a solicitar el cambio del trazado de las torres, que se paralicen los trabajos de construcción de la última torre y se estudie una ubicación más alejada de zonas residenciales. Segura explica que cuando se aprobó el proyecto aún no existía la urbanización, «pero actualmente se ha convertido en un núcleo urbano con 150 familias con muchos niños y un colegio» y, declara, «no se informó al vecindario del proyecto, del que nos hemos enterado cuando han llegado a las casas hace 10 días». El trazado de la obra transcurre por un Área Natural de Especial Interés (ANEI), algo autorizado por tratarse de una instalación de interés general. Pero, recuerda Segura, «requiere una serie de informes, como los de Recursos Hídricos, y las obras han comenzado sin ellos».