Las Islas Baleares se han visto afectadas este año por 84 siniestros que han quemado 88 hectáreas, una cantidad muy inferior a la media arrasada del período 2008-2016 de 654,7 hectáreas por año.
También se encuentra por debajo de la media de los años en los que no se han producido grandes incendios forestales, que asciende a 179,8 hectáreas al año si no se tienen en cuenta los años 2011 y 2013, cuando tuvieron lugar los graves siniestros de Morna y Andratx.
De esos 84 siniestros, 13 (un 15 %) son considerados incendios al afectar a más de una hectárea, mientras que el resto son conatos.
Así lo ha explicado el conseller de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Vicenç Vidal, que ha resaltado que, en parte, «la clave de este balance positivo es el esfuerzo de las 350 personas que lo han hecho posible», pero también a la colaboración de los ciudadanos, que han mantenido una actitud que ha hecho que los incendios no hayan sido tan graves.
«Debemos tener presente cómo ha intervenido la prevención del riesgo», ha dicho el conseller.
Vidal ha recordado que la campaña contra los incendios dura todo el año y que, cuando concluye la temporada de alto riesgo de incendios el 15 de octubre, «no nos paramos».
De la extinción, ha continuado, se pasa a la prevención, a las tareas de invierno, a la educación ambiental, a la incorporación de medios, como la unidad móvil de coordinación y extinción, y a la limpieza de bosques.
Además, Vidal también ha querido mencionar especialmente a las personas afectadas por los incendios forestales que continúan activos en Galicia.
Por otra parte, el gerente del Instituto Balear de la Naturaleza (Ibanat), Joan Ramon, ha explicado la utilidad de la nueva unidad móvil de gestión de emergencias que «permite gestionar la emergencia junto al incendio».
Esta nueva unidad sustituirá a la anterior, que tenía veinte años y ha quedado obsoleta. «Con esta nueva adquisición renovamos tecnológicamente del operativo de extinción de incendios», ha comentado.