La izquierda balear con representación parlamentaria celebró este martes la llamada al diálogo que el president catalán, Carles Puigdemont, efectuó después de anunciar la suspensión de la proclamación de la independencia.
La presidenta balear, Francina Armengol, había expresado por la mañana su deseo de que ocurriera algo así, concretamente de que Puigdemont renunciara a la declaración unilateral y que, a su vez, el Gobierno central, descartara a aplicar el artículo 155 de la Constitución Española, el que lleva aparejada la suspensión de las competencias autonómicas.
El debate matinal que celebró la Cámara balear estuvo plagado de referencias a la situación de Calaunya y la presidenta, en respuesta a una pregunta de Laura Camargo, pidió expresamente a Puigdemont que evitara la declaración unilateral, la DUI, en las siglas que se han hecho famosas. Armengol hizo un llamamiento al «diálogo» y reprochó al Gobierno del PP que no haya afrontado en muchos años el «conflicto territorial» con «una propuesta política a los catalanes para decirles por qué se tienen que quedar en España». Entonces, aún no conocía cuál sería la respuesta de Rajoy.
Después de la intervención de la tarde, los portavoces políticos abundaron en la necesidad de transitar por la vía del diálogo.
David Abril, coportavoz de Més (el grupo más próximo a las tesis del soberanismo en Catalunya y que está preparando una asamblea para el próximo día 28), indicó que el presidente de Catalunya había dado respuesta a lo expresado en el referéndum. Abril dijo que «la pelota está en manos del Gobierno central» y que «tocaría al PP y a Ciudadanos hacer caso a la demanda de seny que reclamaban en la manifestación del domingo en Madrid». A juicio del diputado de Més, «el que ha actuado con seny es Puigdemont».
La primera respuesta de la presidenta Armengol llegó a través de un tuit. «Diálogo, diálogo», escribió la presidenta, en línea con lo que había reclamado por la mañana. También el portavoz de la ejecutiva de los socialista, Iago Negueruela, abundó en eso. «Ahora hay que responder a la vía del diálogo y buscar puntos de acuerdo», comentó el también conseller de Treball.
La portavoz de Podemos, Laura Camargo, consideró «inteligente» la estrategia de Puigdemont. «Me ha parecido una propuesta inteligente, la de dejar en suspenso la proclamación de la república y recurrir al diálogo y la mediación internacional». Sobre si creía que se había declarado la independencia (que fue un asunto que suscitó mucha polémica y dio lugar a múltiples interpretaciones), Camargo dijo que «yo entiendo que no». La respuesta de Camargo va en línea con la expresada por otros dirigentes estatales de Podemos.
«No podemos cambiar el pasado pero aún podemos escribir el futuro», escribió el portavoz del PI, Jaume Font, en su cuenta de Twitter. Y añadió «es hora de buscar el diálogo y de construir puentes». «La misma comedia, la misma comedia dentro de la tragedia», dijo Xavier Pericay, de Ciudadadanos. Lo interpeta como «una manera de ganar tiempo en una situación que no tiene salida». Sobre si se ha declarado la independencia, insistió en que «hay mucho de comedia bufa, no parece que fuera en serio». El dirigente balear de Ciudadanos sólo sigue viendo como salida la convocatoria de elecciones al Parlament de Catalunya. Sus declaraciones fueron anteriores a saber si habría una declaración oficial de la Moncloa antes de la comparecencia que este miércoles tiene prevista Rajoy en el Congreso.
Margalida Prohens, portavoz parlamentaria del PP, dejó claro que esperaría a la declaración oficial de La Moncloa.
Después de la breve comparecencia de la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, Prohens indicó a este diario que esperaría lo que ocurriera hoy, en el Consejo de Ministros extraordinario, convocado para las nueve, para dar una respuesta definitiva.
El resto de portavoces también reclamó prudencia hasta entonces. Desde el momento de la declaración de Puigdemont ante el Parlament a la comparecencia de Santa María sucedió algo: la firma de una declaración por parte de los grupos independentistas en la que no se alude a su ‘suspensión'.