Palma soporta, en general, niveles de ruido muy por encima de lo aconsejable y de lo permitido, por lo que desde el Ajuntament se tiene claro que «nos queda mucho trabajo por delante, según reconoció este miércoles la teniente de alcalde de Ecologia, Agricultura i Benestar Animal, Neus Truyol. Para luchar contra esta lacra Cort cuenta desde ayer con una nueva herramienta, el mapa de la zonificación acústica de Palma que aprobó la Junta de Gobierno y que ahora será elevado al pleno. Truyol explicó que esta zonificación determina los límites de ruido recomendables en cada zona de la ciudad en función de sus usos mayoritarios y «permite que Cort tome medidas para reducir la contaminación acústica y que todo el mundo conozca la realidad y cuáles son los objetivos».
Esta zonificación, añadió, marca «los objetivos» a conseguir y admitió que si se compara con el mapa de ruidos realizado por Cort, que sería la fotografía de la situación real actual, «vemos que zonas como, por ejemplo, las Avenidas superan los 70 o 75 decibelios por las mañanas, mientras que la zonificación señala o recomienda un máximo de 65 decibelios, por lo que sabemos que ahí debemos tomar medidas».
Por tanto, conocer la realidad acústica de Palma y establecer objetivos sería la principal utilidad de esta herramienta, afirmó Truyol. «Sabemos –recordó la responsables municipal– que el 95 % de los ruidos provienen del tránsito rodado; por eso son muy importantes las acciones para concienciar a la ciudadanía y a las empresas como las que se pondrán en marcha durante la semana de movilidad».
El mapa divide el territorio según los usos predominantes de cada zona. Así, puede ser un uso residencial, industrial, recreativo y de espectáculos, uso terciario, o sanitario, docente y cultural (que requieren una especial protección contra la contaminación acústica). Además se distinguen los espacios naturales (también con una protección importante) y las zonas afectadas por infraestructuras de transportes y áreas de espectáculos al aire libre.