No quiere revelar su nombre, pero es uno de tantos propietarios de una vivienda plurifamiliar que ha decidido, apurado por su particular situación económica, continuar alquilando una propiedad que posee en Palma. Dice que va a «resistir», aunque la nueva ley turística «amenace con perseguirme y castigarme por ello».
Es funcionario de profesión y su mujer está parada desde hace meses. Hace años recibió la tercera parte de una herencia y, para no perder la propiedad, él se tuvo que hipotecar. Arregló el piso, logró alquilarlo varias veces, pero el último inquilino no le pagó y le destrozó la casa, dejándole «una deuda importante y con una situación muy comprometida». Necesitaban alquilar relativamente rápido y encontraron como alternativa una web. «Y lo empezamos a alquilar». Hasta la fecha.
La 'amenaza' de las sanciones que contempla la nueva ley turística, le llevó a buscar asesoramiento porque «no puedo prescindir de ese ingreso». Después de valorar las opciones, no lo duda: «Vamos a resistir. No vamos a quitar el anuncio, pero buscamos una forma legal de protegernos. Esta ley está mal hecha, con mala intención y lanzada en un mal momento». Hasta ahora «muchos alquilaban a través de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU)», ahora «tenemos otras vías para defendernos de la ley», aunque no quiere revelarlas.
Según comparte, él no es el único que ha tomado esta decisión. «Hay mucha gente que se está arriesgando a la multa. Sólo quienes pueden prescindir de este ingreso se retiran. El resto, no. Existe la falsa creencia de que esto es poner un anuncio, alquilar y cobrar. Ni mucho menos, hay mucho detrás. En estas plataformas existe la autorregulación económica colaborativa. Al final, si tú no ofreces un buen servicio, expulsan tu anuncio», relata.
Modelo turístico
Este ciudadano recuerda que «este tipo de alquiler ha existido siempre». «El problema que tenemos es que hasta ahora el único modelo de alojamiento del turismo estaba en manos de los hoteleros y el alquiler vacacional supone para ellos un problema, un choque. Siempre que el viejo sistema se encuentra con un nuevo sistema hay un choque. Estamos en mitad de un proceso, en el que el modelo tradicional trata de expulsar el nuevo elemento, que es alquiler vacacional», valora. Sin embargo, asegura que hay hoteleros que ya están alquilando: «Hay empresas hoteleras que ya están comprando páginas de alquiler vacacional para potenciar su parte del negocio hacia el alquiler vacacional».
Como otros propietarios, sigue adelante pero no por ello no teme la sanción. «El gobierno está para defender al pueblo y con esta ley se pasan por alto la presunción de inocencia. Si creen o sospechan que un ciudadano está haciendo alquiler turístico directamente es culpable hasta que demuestre lo contrario. ¿Cómo se puede permitir esto?». Quienes han optado por dejar de alquilar están recurriendo a personas como las que comparte su testimonio con Ultima Hora. «Hay gente que tenía ya cerrado el alquiler y no quiere dejar a la gente a la calle, ni tener problemas, y les estamos ofreciendo las fechas que tenemos libre».
Caso barcelonés
Este propietario ha decidido asociarse a APTUR. «Tenemos que hacer fuerza para defendernos», dice y lamenta que en Baleares se esté «siguiendo el modelo de Barcelona, donde los inspectores paran a la gente por la calle, les intimidan, entran en la casa y les piden la documentación del alquiler. Es una persecución brutal y aquí les queremos seguir a pies juntillas».
Critica este ciudadano que el gobierno evite otros debates y enfoque todo en «culpabilizar al alquiler vacacional de la falta de viviendas o del turismo de borrachera». Entre otros, cita «la falta de seguridad jurídica para los arrendatarios», «la escasez de viviendas sociales para compensar la subida de precios», «los sueldos bajos que hay en este país», ... Lamenta, finalmente, que «este odio turístico que se está fomentando nos pasará factura, se nos volverá en contra».