La organización el GOB ha informado este sábado de la reocupación simbólica de sa Dragonera, 40 años después de la primera, para reivindicar el espíritu ecologista que considera ahora necesita Mallorca, sometida actualmente a una «presión sin precedentes».
Recuerdan que la ocupación de sa Dragonera fue uno de los hechos y antecedentes «clave» del inicio de la lucha social ecologista para salvar este espacio ahora declarado Parque Natural.
«Pero el monstruo no se ha detenido», advierte en un comunicado la entidad ecologista, para la que actualmente el «monstruo se ha hecho grande y lo ha acaparado todo. Se dice turismo y tiene, territorio y personas, sometidas en su crecimiento», incide.
Precisa que Mallorca «ahora mismo se encuentra en una situación de alerta ecológica sin precedentes y generalizada» y considera que se han llegado a un extremo en que todo se piensa en clave «producto turístico».
«La saturación invade y degrada todos los rincones de la isla», mientras los recursos naturales están en situaciones límites, con los recursos hídricos «totalmente explotados» y los espacios naturales sometidos a presiones que aceleran su degradación.
Además se pierde suelo fértil a «un ritmo alarmante propiciando una nueva embestida urbanizadora en el campo motivada por el alquiler turístico».
«Somos incapaces de regular actividades como los fondeos en el verano, los coches de alquiler que saturan las carreteras, las ofertas ilegales de alojamiento (en casas y hoteles), incapaces de frenar el proceso de reconversión de la ciudad en una ciudad-escenario», recalca el GOB.
Critica también «el desplazamiento de vecinos y desahucios fruto de la gentrificación provocada por el alquiler turístico de pisos en la ciudad y la especulación que conlleva, creando un problema grave de derecho de acceso a una vivienda digna a un precio razonable, la urbanización definitiva del campo con la proliferación de los nuevos usos turísticos vinculados a los viviendas en parcelas de 14.000 m2», agrega.
Todo esto ocurre ante «la ausencia de políticas valientes y decididas a poner límites al crecimiento ilimitado y al turismo» que están desconfigurando el territorio y la vida de los mallorquines.
Antes del próximo y definitivo «BOOM» el GOB exige alternativas, por lo que recuerda «el espíritu de aquella gente que decidió movilizarse -en el trabajo, la movilización en la calle y la lucha jurídica- para salvar el espacio privilegiado» actual. «Salvemos Mallorca, ocupemos Mallorca», reivindica.