El PSIB-PSOE prepara sus congresos regional e insular de Mallorca para los próximos días 21, 22 y 29 en un ambiente de paz interna y de calma, al menos aparente. Es una coyuntura favorable que Francina quiere aprovechar para superar los traumas del pasado. Este partido es ahora un cuerpo a pleno funcionamiento, pero repleto de cicatrices. Su pasado, henchido de puñaladas traperas, no le hace ascos a la cara del jefe de los piratas del Caribe.
Ahora es diferente. El poder une. Mas nadie olvida que hace sólo poco más de tres años vivieron una feroz batalla interna cuando Aina Calvo y su aguerrida tropa querían literalmente desterrar a la puñetera base a Francina y a los suyos. Fue una refriega tremenda. Y en el pasado ya se vivieron las durísimas primarias de 1998, que Antich (con el apoyo de Francina) ganó por los pelos.
También fue traumática la disolución hace años la Agrupación Socialista de Palma. De hecho, el volcán siempre ha sido Palma, epicentro de todos los problemas internos de la organización desde tiempos casi inmemoriales. La ahora derrotada Aina Calvo pudo organizar en Palma a la tribu de oposición a Francina. En las primarias del 14, la revoltosa Aina se quedó a unos centenares de votos del vuelco fratricida. No son bromas.
Por eso, Armengol quiere dejar atado y bien atado en los próximos congresos el agujero negro palmesano.
Aprovechará que ahora no hay discusión ni antagonismo posible. Nadie con cien gramos de poder y de sentido común niega el liderazgo de Francina. Ni siquiera el antaño levantisco calvista Pepe Hila, que ahora se ha entregado al mando con toda su mesnada a cambio de volver a ser el candidato socialista a Cort el 2019.
Lo que siempre ha necesitado el PSIB es organización en Palma, donde siempre los conspiradores de bar han hallado el terreno abonado para liarla parda. La solución que busca Francina son dos buenos, dúctiles, ágiles, flexibles y sobre todo muy trabajadores secretarios de organización. Un par de currantes inteligentes. Uno regional, con un ojo puesto en Mallorca y otro en Menorca; y otro secretario insular dispuesto a echarle horas y sentido común al partido, con los dos ojos, las dos orejas y la nariz puestos en Palma. La actual secretaria de organización regional es la diputada Bel Oliver, mano derecha de Armengol durante el erizante proceso de primarias del 14. Si Bel quiere, continuará al frente del aparato. Pero no se puede descartar una renuncia para centrarse en el Parlament. Evidentemente, Bel ha de estar muy cansada por tanto desgaste. Francina ha calibrado esta posibilidad.
A nivel insular el actual secretario de organización es Miquel Ramon, que ha cumplido, pero nada más. En el PSIB se asegura que Francina baraja otros nombres para amarrar la estructura interna para que Palma no vuelva a desmadrarse a lo rancho grande. Diferentes factures confluyen a favor de Armengol. La antaño peleona agrupación de Ponent está en fase de letargia. Su factótum, Ramon Torres, ya septuagenario, y susanista hasta la cresta, se pegó el último natazo en las primarias estatales del PSOE del pasado mayo. En su agrupación Sunana obtuvo 64 votos y Pedro Sánchez ¡89! En el conjunto de Palma, Sánchez casi dobló a Díaz pese al apoyo de Aina calvo a la sevillana. Calvo y Torres quedaron planchados.
Es la hora de Francina en la capital. Sus adversarios, que querían borrar del mapa a la inquera, están en horas bajísimas, en plena depresión. Armengol sabe que es su oportunidad. No la va a desaprovechar.