Diversas entidades ecologistas -Comitato No Grandi Navi (Venecia), Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (Barcelona), Entre Barris de Valencia, Morar em Lisboa, Ciutat per qui l'habita, GOB y Amics de la Terra- se han concentrado este sábado en la explanada delante de las escaleras de la Seu para denunciar los impactos de la «saturación y masificación turística» y los cruceros.
El GOB y Amics de la Terra han señalado que los cruceros son un «problema» porque no afectan solo al modelo de turismo, sino también al modelo de ciudad y han incidido en que «tienen, en realidad, un escaso impacto económico en los puertos de acogida».
Además, han criticado que «son propiedad de sociedades arraigadas en paraísos fiscales».
Así pues, afirman que estas embarcaciones con capacidad de entre 2.000 y 4.000 personas y que puede llegar a las 7.000, se quedan de media en las Islas 1,49 días en los que los cruceristas gastan de media cada día 55.52 euros.
También han señalado que la llegada de cruceros aumentan la demanda de servicios y recursos municipales, como el agua o la basura, «descuadrando las previsiones de los planes, como por ejemplo el Plan Hidrológico».
«Los cruceros deben ser contemplados como ciudades flotantes que generan residuos y demandan recursos naturales, proveídos y abocados en Mallorca», han añadido.
El GOB y Amics de la Terra han informado de que este viernes se reunieron en Palma asociaciones ecologistas de Baleares con colectivos de Lisboa, Venecia, Barcelona, Madrid y Valencia para compartir las estrategias de lucha contra las consecuencias de «la conversión de los territorios y ciudades en productos de mercantilización turística».
Entre estas consecuencias han apuntado a la gentrificación, los desahucios de alquileres, la pérdida de espacios para la vida cotidiana, los problemas en el acceso a la vivienda, la presión sobre el territorio, los recursos y las infraestructuras o el desplazamiento de personas, entre otras.