El Ajuntament de Palma ha puesto en marcha una nueva experiencia de señalización de una vía que este miércoles pasó a ser peatonal, la calle Borguny. Unas líneas rosas (el color con el que se delimitan las ciclocalles) pintadas en el pavimento marcan el ámbito de la nueva calle peatonal a modo de decoración. La idea no es originaria del Consistorio pues ya existen experiencias similares en otras ciudades, como en la Plaza Superkilen de Copenhage o la Plaza Pío XII de Alicante.
Pues bien, este miércoles mismo comenzaron los comentarios en las redes sociales con opiniones dispares. Uno de los más críticos fue Antonio Deudero, que fue director general de Puertos y Aeropuertos, quien consideró que «definitivamente algunos han perdido el norte», lo tildó de «impresentable» y preguntó «cuánto ha costado».
Por su parte, el PSOE de Palma escribió en su Twitter que se trata de una «potente intervención del Ajuntament en la calle Borguny para dejar claro que los peatones siguen ganando terreno en Palma».