El vicerrector de la UIB Jaume Carot ha reiterado este jueves durante una comparecencia parlamentaria que en 2011 le llegó el rumor de la venta del fármaco experimental anticancerígeno Minerval, pero esa supuesta ilegalidad que investiga la justicia no pudo demostrarse y por ello no se denunció entonces a la Fiscalía.
La investigación interna que ordenó abrir en 2012 la entonces rectora Montserrat Casas se cerró en 2014 con la conclusión de que «no se puede demostrar que Minerval se haya dispensado a la UIB», ha relatado Carot, que ha dado explicaciones sobre el caso en la Comisión de Cultura, Educación y Deportes del Parlament, ante la que ha comparecido junto al actual rector, Llorenç Huguet.
El vicerrector ha hecho hincapié en que el único conocimiento de la posible comercialización de productos farmacológicos desarrollados por los catedráticos Pablo Escribà y Xavier Busquets lo tuvo por la denuncia verbal de una investigadora que solicitó abandonar una patente conjunta con los citados investigadores porque tenía dudas sobre la fuente de algunos de sus resultados.
Pero esa denuncia no fue recogida por escrito y se refería a presuntos hechos que conocía de forma indirecta, ha insistido Carot, que ha subrayado que la investigación interna abierta se cerró sin hallar indicios de actuaciones irregulares.
Llorenç Huguet ha señalado que su primera intervención en lo que ha acabado siendo un caso de presunta estafa tuvo lugar en julio de 2015, cuando la jefa de Oncología Sefa Terrasa le citó para comunicarle que tenía información sobre la venta del fármaco experimental pero no pudo aportar un testimonio que lo ratificara.
Diez meses después, cuando otra denuncia llegó a la presidenta del Consejo Social de la UIB, Francesca Mas, ella se la transmitió a Huguet y ambos decidieron trasladar la denuncia a la Fiscalía, lo que un año más tarde llevó a la detención de Busquets, Escribà y tres colaboradores, ha relatado el rector.
Huguet, que ha agradecido la «oportunidad» de poder dar explicaciones pero ha lamentado que no se le llame al Parlament «para hablar del futuro de la universidad», ha iniciado su intervención expresando su solidaridad con quienes «pensaron que este producto podría ser un remedio para aliviar su enfermedad» y han resultado defraudados.
El rector ha apuntado que, al margen de los hechos que el juzgado de instrucción 9 de Palma, que el Minerval, fármaco fruto de una patente de la UIB que explota la empresa Lipopharma, se ha desarrollando siguiendo los protocolos establecidos, que está en fase de estudio clínico con resultados prometedores frente a determinados tumores cerebrales y que sus promotores han obtenido fondos en convocatorias públicas competitivas.
«El Minerval nunca ha sido sintetizado en la universidad», ha precisado Huguet, que ha dejado a Carot las explicaciones respeto a los rumores de venta del medicamento u otros productos desarrollados por el equipo de Escribà.
El vicerrector de Investigación e Internacionalización ha desligado el conflicto entre la investigadora que dudó de los resultados del estudio en el que estaba participando y las presuntas irregularidades que analiza el juzgado de instrucción que instruye el caso por estafa.
«La patente de la que sospecha que estaban alterados los datos es una de 2011 que no tiene nada que ver» con la del Minerval, que es de 2001, ha precisado.