Una testigo en el juicio por la estafa en la compra de dos hoteles realizada presuntamente por los hermanos Ruiz-Mateos y su padre, José María, fallecido en 2015, ha declarado este miércoles en la Audiencia Provincial de Palma que ella fue abogada del padre y que «a excepción» de él nadie le dio «instrucciones ni lo hubiera permitido».
Durante su testimonio, ha manifestado que si alguna vez las instrucciones venían por parte de los hijos del empresario ella «era consciente de que las decisiones eran de su padre».
Por su parte, el fiscal Anticorrupción, Juan Carrau, ha presentado una nueva prueba, una declaración de la testigo ante la Audiencia Nacional en la que hacía referencia a que trabajaba para la «familia Ruiz-Mateos» y no solo para el padre.
A esto, la testigo, que ha declarado en inglés asistida por un traductor, ha manifestado que lo que se le ha presentado no es su declaración sino una traducción y ha pedido ver el original ya que ella en aquella ocasión -2012 desde Ginebra- declaró en francés.
Además, ha dicho que supone que se refería «a una empresa familiar» y en este tipo de empresas, ha añadido, «hay alguien en la cima, que tiene la responsabilidad y da las órdenes y alguien que, algún día, se convertirá en dueño».