Dos testigos familiares de enfermos de cáncer que han declarado este lunes en los juzgados de Vía Alemania, en Palma, sostienen que sabían que el Minerval podía no funcionar en sus casos. De esta forma, han asegurado que no se sintieron estafados con el uso de este fármaco experimental.
Ante los medios de comunicación, Andreu Rotger, el abogado del profesor de la UIB investigado, Xavier Busquets, ha explicado que uno de ellos llegó a abonar 24.000 euros en concepto de donación a la fundación Marathon y, además, ha precisado que los dos declarantes no han presentado denuncia.
Según ha explicado «no se sienten engañados» aunque se les ha ofrecido emprender acciones judiciales. Así, ha dicho, «consideran que se les explicó suficientemente» por parte del doctor Pablo Escribá, el otro profesor investigado, «los posibles beneficios y que podría ir mal».
También tras salir de la sesión de declaraciones en el Juzgado de Instrucción 9, el abogado de la UIB, Gabriel Garcías, ha recordado que tienen recurrido el caso donde la universidad está personada como posible responsable civil porque se consideran parte afectada.
Para la sesión de este lunes tenían que declarar tres testigos, pero finalmente uno no ha acudido por lo que tiene que volver a ser citado.
Además, este jueves están citadas dos colaboradoras del equipo de investigación y, por otro lado, hay distintos personados en la causa que deben declarar por exhorto -citación que se realiza fuera del juzgado que lleva el caso-.
En líneas generales, este caso investiga la presunta estafa cometida con la venta de este medicamento experimental por parte de estos dos catedráticos de la UIB.
A principios de este mes, Busquets y Escribá, defendieron su inocencia ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9, Enrique Morell, que lleva el caso, y negaron haberse enriquecido con la venta del producto, asegurando que no hubo ninguna contraprestación económica.