José Ramón Bauzá anda muy picado con la actual cúpula del PP balear. Los rumores de que algunos intentan removerle la silla de senador le han hecho reaccionar rápidamente. Su twitter ahora se ha convertido en escaparate expositor de la agenda de la Cámara Alta (en general) en la que se supone que acude a muchos actos. También se ha hecho fotos con algunos compañeras en la «reunión de su Grupo Parlamentario. A la hora de los encuentros, Bauzá no para. Al menos eso proclama. También se ha reunido con los familiares de presos en Venezuela e, incluso, le ha quedado tiempo para pronunciar una conferencia en Alcorcón con presencia de la presidenta Cristina Cifuentes, que al parecer fue muy aplaudida.
Bauzá se defiende de las críticas de que no presenta ni una sola propuesta en defensa de los intereses de Balears porque es presidente de comisión y, por tanto, las reuniones le absorben, le funden y le devoran. Más que un senador balear, parece un parlamentario madrileño dando lustre a la institución de la que forma parte, o inmerso en el etéreo ambiente político capitalino, olvidándose de su cada vez más exprimido y olvidado Archipiélago.
El expresident afirma que que «nadie me ha dicho» ni tiene ninguna noticia de este malestar en el PP porque se olvida de Balears una vez pisa el aeropuerto Adolfo Suárez. Pero lo cierto es que tras haber trascendido este descontento, se ha puesto a colgar agendas senatoriales en su twitter. «Por algo será», se comenta en el PP balear. «¿Tendrá mala conciencia?».
En todo caso, el problema de fondo sigue en pie. Bauzá parece un senador por Madrid, centrado y dedicado al Madrid de sus amores. Y en Palau Reial miran con desesperación su huida de la realidad insular, que le hizo parlamentario autonómico una vez que le defenestraron de presidente del partido. «¡No ha presentado ni una puñetera propuesta a favor de las Islas!», se repite con pesadumbre. Eso sí, de reunión en reunión, está enteradísimo de los desmanes de Venezuela o de que el futuro de España pasa por Alcorcón.