El último Convair 990 Coronado de Spantax, memoria viva del turismo en Mallorca, permanece estacionado en un apéndice de la Base Aérea de Son Sant Joan, zona militar. Los «Amigos de Son Sant Joan» han iniciado su restauración, comenzando por el interior. Su ilusión es «recuperarlo para que pueda ser visitado por los ciudadanos. Y ojalá fuese el embrión del futuro e imprescindible museo del turismo en Mallorca», afirma Ernesto Gutiérrez, perteneciente a esta asociación. Ya han trabajado duramente y ven factible que pueda recuperar su aspecto inicial.
La historia del Coronado de Spantax comenzó el 19 de febrero de 1967, cuando se convirtió en la primera compañía privada española en incorporar reactores a su flota. Era el Coronado. Rudy Bay, alma mater de aquella compañía desaparecida en los años 80, definía al Coronado como «el Masseratti del aire. Era espectacular pilotarlo. Su problema era el altísimo consumo de combustible», afirma Ernesto Gutiérrez, hijo de un antiguo ingeniero de Spantax. El último de estos aparatos se encuentra despintado y con las ruedas deshinchadas en estado de abandono.
Una decena de Coronado quedaron reducidos a chatarra tras la quiebra de Spantax. Este último aparato se salvó de manera milagrosa porque se encontraba en la Base Aérea (militar), donde ha permanecido hasta ahora. Su estado «es mejor de lo que pueda parecer en un primer momento», afirma Ernesto Gutiérrez, que junto a Javier Rodríguez son los integrantes más destacados de «Amics de Son Sant Joan». «Lo ideal sería transportarlo a un lugar donde pudiera ser visitado. Se trata de limpiarlo, repintarlo, reponer las ruedas y reconstruir en parte los paneles de la cabina», indica Gutiérrez, que calcula en «menos de 150.000 euros el coste de la recuperación». De hecho, ya han adecentado la zona interior destinada a los pasajeros y han repintado una pequeña parte del exterior.