José Ramón Bauzá no ha escarmentado tras el descalabro del pasado domingo. Todo lo contrario. Sigue eléctrico y enchufado. Le ha dado el síndrome de Robocop. Ahora quiere presentar batalla en los congresos insulares que se celebrarán a finales de mayo y en las juntas locales y las de distrito de Palma que tendrán lugar con posterioridad.
Bauzá le ha tomado gustito al móvil. Es su obsesión fatal. Llama desesperadamente a Menorca, donde cree que ha obtenido «un gran resultado». Está enardeciendo a sus partidarios y les dice que «hemos perdido una batalla, no la guerra. Hay que seguir porque vamos creciendo». Sus movimientos han sido comunicados inmediatamente a la sede central de Palau Reial, que vigila con interés su galope de galgo desmelenado.
A la par, Joserra se ha tomado la sonada derrota que sufrió en Marratxí como una afrenta personal, como un insulto a su dignidad. Quiere mantenerse como presidente de esta Junta Local a cualquier precio, luchando como un titán, como el general Custer contra los Sioux. La sede central ha detectado que José Ramón «está afiliando gente. Necesita nuevos carnets y busca hasta debajo de las piedras. Se prepara para la batalla en su Junta Local, a la que considera como su cortijo. No ha digerido la paliza del 26-J, y mucho menos en su propia casa. La elección de la nueva directiva probablemente será en septiembre. Quiere mantener la presidencia local, que no abandonó ni siquiera cuando era presidente balear. Es su osito de peluche».
Por tanto, la cara humilde y la autocrítica que exhibió el pasado lunes ante sus compañeros marratxiners en la asamblea local era «puro postureo. Hizo la cocodrilada porque temía que le pidiesen la dimisión al día siguiente de su debacle. «En realidad trama venganza guerrera y quiere seguir con los cuchillos afilados».
Con estos movimientos tan rápidos e inasequibles al desaliento, ha quedado al descubierto la psicología pseudomilitar peliculera de Bauzá. «Ahora se explica aquel 'mando y ordeno' de cuando gobernaba, aquel tono estirado y displicente cuando trataba a sus compañeros más cualificados como si fuese un general de Hollywood dirigiéndose a sus suboficiales. En las actuales horas, tan duras, ha reaccionado igual. No acepta la soberana derrota democráticamente expresada y obliga a su gente a volver a sacrificarse por él sin dejarles que se reubiquen. No ve compañeros, ve peones. Impide que el PP pueda recobrar la armonía interna. Es la reencarnación de 'el Empecinado'. Es una mezcla de guerrillero montaraz y niño sin juguete que sin embargo continúa obnubilado por el león de la Metro».
Carlos Delgado se ha sumado con rapidez al contraataque suicida a la japonesa. Ya se ha interesado por la fecha en que se celebrarán los congresoso insulares. Dicen que Charly se la tiene jurada a José Manuel Ruíz, que le ha comido la tostada y la mantequilla en Calvià.
Mientras, Aina Aguiló también ha vuelto a la carga. Ya está haciendo tweters llamando al combate interno, pensando en los próximos congresos insulares y las elecciones locales. El pasado lunes se presentó en una reunión de la Junta Territorial de Palma junto a algunos partidarios y se asegura que le sacó los colores a la presidenta de la gestora, Marga Durán, que está en la cuerda floja, se mire por donde se mire.
Bauzá no desiste. Se siente como Napoleón al regreso de su confinamiento en Santa Elena, cuando se dirigió a los soldados que le apuntaban y les espetó: «¿Seréis capaces de disparar contra vuestro emperador?».