Xelo Huertas y Montse Seijas se fueron este lunes, sobre la una del mediodía, de nuevo destrozadas, del Parlament. No les han dado ni despacho, ni mesa, ni silla, ni ordenador. Tal cual parias. A la una del mediodía de este lunes dejaron el edificio tras vagar cual náufragas por los pasillos. Dentro se habían encontrado con un muro infranqueable. El nuevo president in pectore, el socialista Vicenç Thomàs no les da ni agua. Pasa de ellas. Se les ha ratificado que su castigo implica tener su escaño en la parte derecha de la Cámara, como niñas castigadas, expulsadas del paraísos progresista y ubicadas junto a la derecha. Quieren que renuncien al escaño a fuerza de desprecios. Pero no lo harán.
Pero Xelo y Montse aguantarán carros y carretas. Xelo les ha pedido a los letrados del Parlament informes de fondo sobre su situación. Quiere que se pronuncien sobre los artículos 29 y 59 del reglamento de la Cámara, a la par que prosigue con su batalla judicial. Luchará todo lo que pueda, pero cada vez con menos fuerzas.
Pero por fin se ha dado cuenta que las fauces del tiburón que ha acabado con ella no son Jarabo y Carmargo, que por sí solos podían hacer mucho más ruido que ofrecer nueces. La Jaramargo es pescadito frito con un poco de limón exprimido por encima al lado de los veteranos socialistas. La precisión en la decapitación de Xelo ha sido obra del PSIB, que no lo hace a cambio de nada. Huertas cada vez ve más claro que Balti Picornell no será el nuevo president, ni tampoco ningún otro cachorrito podemita. Será Thomàs, el de las mil cicatrices, el vikingo impasible. La purga contra Xelo ha debilitado enormemente a la Jaramargo. Ahora faltan unas semanas de comedia, pero al final ni se romperá el pacto ni habrá president de Podemos. Está cantado y acordado. Thomàs presidirá la Cámara.
Al ver la contundencia y el desprecio del PSIB contra ella, Xelo se ha dado cuenta de la jugada. Además, Xelo conoce bien las maniobras de este partido, ya que militó en él durante muchos años en Marratxí, donde incluso fue jefa de campaña. En las primarias de 2014 apoyó a Aina Calvo, que fue derrotada en las urnas internas. Luego se fue a Podemos, donde encontró acomodo.
Pero al final, Jarabo y Camargo han transformado en sadismo puro la decisión de purgarla. Renunciarán a la presidencia del Parlament, pero dejando en manos del tiburón PSIB a Xelo y a Montse, en una profunda piscina sin agarraderas, donde un cazador marino de enorme veteranía ataca de forma implacable.