Durante poco más de 10 minutos, Antonio Gómez, párroco de Sant Miquel, bendijo los animales que pasaron este martes frente a la iglesia de Sant Antoniet, de Palma. Fue una mañana fría con, incluso, agua nieve en la explanada de la Seu antes de comenzar las Beneïdes.
Este año hubo poca participación y poco público, provocado, en parte, por las bajas temperaturas y por la celebración de la fiesta en día laborable.
Desde la Catedral hasta la Plaça Major apenas hubo personas esperando el paso de un desfile encabezado por la Policía Montada y seguido por los Tamborers de la Sala, Xeremiers de Son Roca, la Unidad Canina de la Policía Municipal y el Grup Cinológico de la Guardia Civil.
No hubo animales exóticos. Sí muchos perros, algún conejo, algunos gatos y el cordero ‘Estrellita' que, con pañal y todo, recibió la bendición del párroco en brazos de Daniela, su dueña.