Numerosos ciudadanos se han congregado un año más en los aledaños del Baluart de Sant Pere para contemplar el espectáculo de un gigantesco calidoscopio de color que producen los rosetones de la Catedral cuando la luz solar los atraviesa durante el solsticio de invierno.
El juego de luces de los rosetones de la Catedral sigue conservando su poder de atracción. Ver amanecer desde las terrazas del Baluard de Sant Pere es todo un lujo para los habitantes de Palma y sus visitantes.
Coincidiendo con el día más corto del año, al amanecer, la luz solar se filtra por el rosetón de Levante de la Catedral y sale por el de Poniente, atravesando la nave central del templo. Como consecuencia, la luz del sol se proyecta por las dos vidrieras formadas por múltiples colores.
Este fenómeno casual coincide con la orientación de 120 grados norte de la Catedral y fue descubierto hace ocho años por Daniel Ruiz y Josep Lluís Pol, miembros de la Societat Balear de Matemàtiques, quienes denominan a esta maravilla como el 'Calidoscopio de la Catedral'.