Echar a Xelo Huertas de la presidencia del Parlament no le resultará tan fácil a la izquierda como tiene previsto. Hay que reconocer que esta pelea cainita de Podemos es un bonbón para el PSIB. Dando una mano a Jarabo y Camargo para arrancarle la cabellera a Xelo, los socialistas pueden lograr sin despeinarse la presidencia del Parlament para Vicens Thomàs. Jarabo tendrá que ceder. Ya la ha liado demasiado parda y ha tenido que pedir ayuda al PSIB y a sus aliados de Més para poder consumar su purga interna. No tiene otro remedio que admitir a un miembro de la casta al frente del Círculo Mallorquín.
Tiene que elegir entre el apoyo de la izquierda que gobierna (socialistas y econacionalistas), solucionar lo más pronto posible el problema y evitar seísmos internos. Jarabo está débil y eso siempre fortalece la política de alianzas siempre que se pague el precio convenido. Desde esta perspectivo, el destino de Xelo Huertas está sellado. Una vez se haya confirmado su expulsión de Podemos deberá dejar la presidencia de la Cámara conforme a su reglamento y al dictamen de sus letrados.
Pero en este encaje falta un importante eslabón: el PP. Los populares han calado el daño que le pueden hacer al Pacte de izquierdas si se erigen en defensores de Xelo Huertas y se niegan en redondo a que sea descabalgada de la presidencia. Pueden aportar argumentos jurídicos que hagan dudar a los letrados de la legalidad de una destitución fulminante de Xelo. Además, algunos de sus juristas no están lejos de la demanda en defensa de su honor que prepara Huertas en contra de Jarabo, Camargo y Echenique por haber insinuado que tuvo actuaciones que podrían considerarse como corruptas. Queda mucho tiroteo en este western. La prueba es el aplomo que demuestra Huertas. Este martes se plantó en el Palau de l'Almudaina con la cara muy alta y en primera línea, sin importarle que haya movimientos combinados contra ella. Es más, no dudó en charlar animadamente con Maria Salom, con la cual le une una notable amistad desde que compartieron puesto destacado en el Parlament.
Vienen momentos de choque. El objetivo del PP parece claro: dejar en evidencia al PSIB y demostrar que actúa de valedor del grogui Jarabo. Parece más que probable que Fort Huertas acabará cediendo y que Xelo perderá la presidencia. Pero entre medias habrá mucho desgaste para el conjunto de la izquierda e intentarán sacarle los colores al gran jefe Jarabo antes de que lo desplumen los suyos. Eso es lo que busca el PP: sacarle los colores al Govern al implicarlo en la algarabía interna podemita.