La consellera insular de Medio Ambiente, Sandra Espeja, ha anunciado este jueves que el Consell de Mallorca bajará la tarifa de residuos urbanos 4,5 euros hasta los 126,84 euros la tonelada; y que congelará la tarifa de lodos y la de desechos de origen animal.
Espeja ha hecho hincapié en rueda de prensa en que es «la primera vez en la historia» que la institución insular «consigue bajar la tarifa sin importar residuos de fuera», algo que, ha recordado, «el PP dijo que era imposible».
Además, la tarifa para el tratamiento de los lodos procedentes de estaciones depuradoras de aguas residuales queda congelada en 81 euros la tonelada, lo mismo que sucede con la tarifa del tratamiento de desechos de origen animal, que se mantendrá en 39,64 euros la tonelada, con una bonificación del 59,57 por ciento.
Según ha dicho Espeja, esta propuesta se llevará a aprobación inicial en el pleno del próximo 12 de diciembre. Para conseguir este descenso en la tarifa, el departamento de Medio Ambiente ha trabajado abordándola desde diferentes variables. Para el próximo año el Consell cuenta con un superávit de 7,7 millones de la regularización del ejercicio anterior, que contabilizan de manera positiva en la tarifa de 2017.
En este superávit están incluidos, según ha detallado, cinco millones de la compensación de la insularidad establecida en el Real Decreto 680/2014, y 200.000 euros del cálculo nuevo, que incluye ingresos de importaciones pasadas. Esta cantidad implica 0,33 euros de bonificación sobre la tarifa.
En la tarifa intervienen 25 variables, entre ellas el número de toneladas que se tratan y que se han previsto en 520.000, los costes de inversión de las instalaciones y los ingresos por venta de subproductos y sistemas integrados de gestión, así como de la venta de energía eléctrica que proviene de la quema de residuos.
Espeja ha incidido en que estas medidas se aplicarán gracias a la «gestión eficiente y responsable» llevada a cabo. Asimismo, ha incidido en que «no hay ninguna intención de aportar residuos a Mallorca» desde las otras Islas, si bien ha añadido que «en casos de urgencia todo el mundo colaboraría».