La pesidenta del Parlament, Xelo Huertas, sigue firme y no piensa ni abandonar su cargo ni consentir que la expulsen impunemente de Podemos. «Estoy en manos de mi abogado», afirma, y no esconde que este letrado «estudia» la presentación de una demanda civil en defensa de su honor, posible paso previo a querella por calumnias, contra los jerarcas de Podemos que o bien insinuaron o incluso hablaron de «corrupción» porque se mostró partidaria de que el Govern mantuviese un convenio con el Centro Superior de Investigaciones Científicas, en concreto con el investigador Daniel Bachiller.
Huertas no quiere decir nombres, pero todo indica que la demanda en Mallorca irá contra el líder de la formación, Alberto Jarabo, y contra la diputada autonómica y profesora universitaria Laura Camargo, que fueron los que más incisivos se mostraron en sus declaraciones en contra de la presidenta del Parlament y compañera de partido. Camargo llegó a afirmar que «le hemos abierto expediente para que pueda defender su inocencia». Le pidieron a Huertas que se defendiese sin que hubiese una acusación concreta de delito concreto. En el expediente sólo hay «indicios que se caen por sí solos», señala Huertas.
Pero la demanda puede ir más lejos de Jarabo y Camargo. Ya que la única afirmación de que pudo existir «corrupción» en la actuación de Huertas provienen de Pablo Echenique, uno de los máximos dirigentes de Podemos a nivel nacional. De formalizarse la demanda, alcanzaría resonancia en toda España.
Fuentes de Podemos aseguran que «en Madrid quieren estar informados de primera mano de lo que ha pasado y de lo que está pasando». De hecho, la semana pasada llegaron a Mallorca enviados por Madrid dos expertos municipalistas del partido, que impartieron varios cursos de funcionamiento municipal. Uno de las charlas se dio a los miembros de Podemos en el Consell de Mallorca. Fuentes de esta formación afirman que los dos municipalistas mostraron su interés por la crisis interna de la organización en la isla y se llevaron información a la capital para pasar el parte a sus superiores.
En diferentes círculos y ambientes de Podemos hay en estos momentos debate en torno al Manifiesto de Sineu, elaborado por una cincuentena de militantes y que contienen veladas y más que veladas críticas a la dirección y reclama un mayor protagonismo de las bases. Es otro elemento de tensión en la actual y delicada coyuntura podemita.
Mientras, el Consolat sigue con interés y expectación el desarrollo de la crisis interna de este partido. Sus responsables se pusieron de parte de Jarabo y sus leales desde el primer momento, de ahí que tuviese tanta relevancia la embestida contra el científico Bachiller y el posterior intento de descabalgar a Xelo Huertas. Fuentes del Govern tratan de justificarse: «Jarabo cuenta con el apoyo de Pablo Iglesias y la dirección madrileña de este partido. Nosotros medimos todos los pasos antes de darlos, incluidas todas las consultas pertinentes para pactar con los interlocutores más válidos».
En esto, Huertas manifiesta que está «tranquila». Proveniente del PSIB de Marratxí, donde tuvo diferentes responsabilidades, es una persona «curtida en política, a diferencia de otros». Además, desde una perspectiva laboral no se juega nada, ya que es técnica municipal y tiene garantizado su sueldo. Falta por saber el contenido de su demanda civil en defensa de su honor.