La presencia de José María Rodríguez en la mesa presidencial de la tradicional cena anual que organiza el PP de Ses Salines ha desatado una catarata de comentarios dentro del partido. «Es la constatación de que José María no sólo sigue perteneciendo al PP, sino que le colocan en lugar preeminente vaya donde vaya», señalan fuentes de la formación. Al ágape asistieron más de un centenar de afiliados.
A la cena, acudieron, entre muchos otros, el presidente balear, Miquel Vidal; el de Mallorca, Jeroni Salom; la portavoz, Marga Prohens, así como un rejuvenecido Pere Rotger, que se sentó frente a Cati Soler. También estaba Antoni Deudero, expresidente de Comité de Derechos y Garantías; el exconseller de Turisme Jaume Martínez y, en la misma y alargada mesa, José María Rodríguez Barberá, expresidente del PP de Palma, que tiene orden judicial de alejamiento de Cort, del cuartel de San Fernando, del Consistorio municipal y de otras dependencias y personas.
Pero con el PP, tan amigos, porque esta medida cautelar ha sido recurrida por Rodríguez y por tanto el partido «no la considera firme». Se comenta que junto a Rodríguez se encontraba su inseparable Paco Frau. La cena fue organizada por Maria Bonet, una de las alma mater del PP de Ses Salines. El ambiente fue de camaradería y Miquel Vidal departió con todos, bromeó y no enseñó la más mínima carta de si finalmente se presentará a la presidencia del partido en el congreso del partido, que es muy probable que se celebre la próxima primavera. Vidal se muestra cada vez más integrador de todas las tendencias y dicharachero. Deudero y Martínez son políticos que hasta hace poco se mostraban próximos a José Ramón Bauzá. Pero ahora comparten mesa y mantel con Vidal en lo que todo apunta como una nueva fase de sus relaciones, mucho más estrecha y amistosa. Al final de la cena hizo acto de presencia, muy seriote, Biel Company.
El run run sobre la presencia de Rodríguez en la cena se ha extendido como la pólvora por todo el PP durante el largo puente de Todos los Santos. No es la primera vez que José María acude a un acto del partido tras el escándalo de la Policía Local de Palma. Se comenta que en Ses Salines ponía cara de visita al cementerio, pero acudió a llamada de la anfitriona. Hizo lo propio el pasado verano en un encuentro de la junta local del PP de la carretera de Inca. En aquella ocasión fue como «vecino», según aseguraron fuentes de la gestora del PP-Palma. Pero lo seguro es que Rodríguez no vive en Ses Salines. Todo indica que fue invitado por Maria Bonet y su presencia fue ratificada por la dirección. No hay que olvidar que el rodriguismo continúa fuerte, está organizado y es la base de la estructura popular palmesana. Es un auténtico y sabrosón sugus para quien aspire a ganar la próxima cita congresual.
El PP balear vive horas de alegría tras la decisión de la gestora del PSOE de abstenerse en la investidura de Rajoy. Los colaboradores de Vidal piensan que «Armengol va a quedar muy pronto retratada con su pacto a la balear con Podemos porque está claro que en Madrid cada vez les gusta menos este tipo de experimentos». Se espera un contraataque popular en esta dirección en las próximas semanas.
En todo caso, el PP balear sigue haciendo experimentos y juegos de artificio con Rodríguez, al que mantiene en primera línea, al menos de cara a la galería y a los militantes, «como si no hubiera pasado nada».