Las sanciones del Ajuntament de Palma a las empresas se han disparado en los cinco primeros meses del año. Se han incrementado un 179,3 por ciento, respecto al mismo periodo del año anterior. En concreto, hasta el pasado 31 de mayo se interpusieron 81 sanciones, mientras que el ejercicio anterior fueron 29. La mayoría de las sanciones están motivadas por temas como poner música fuera del horario permitido, no disponer de todos los mecanismos contra incendios obligatorios, no garantizar la accesibilidad exigida, etc.
El teniente de alcalde de Urbanisme, Antoni Noguera, explica que este aumento de multas está motivado por la entrada en vigor de la nueva Ley de Actividades del Govern. En este sentido, precisa que en 2015 no estaba muy clara su aplicación y se optaba más por llevar las presuntas irregularidades a la Fiscalía. Sin embargo, ya se han aclarado los criterios de aplicación de la normativa, por lo que las sanciones se ponen con más agilidad. En este orden de cosas, Noguera también apela a su predecesor en el cargo, el popular Jesús Valls, y responde que sería él al que le correspondería explicar por qué se pusieron tan pocas sanciones durante los últimos meses del mandato del gobierno de Mateo Isern.
El titular de Urbanisme, subraya que se trata de «un tema sensible». En este sentido, sostiene que el departamento de «Actividades hace todo lo que puede para tener un equilibrio y generar confianza en los ciudadanos». La cuantía de las multas va en función de su gravedad. Las leves oscilan entre 300 y 1.000 euros, aunque se pueden sustituir por una advertencia, y las graves entre 1.001 y 10.000 euros.