El reglamento de casinos de juegos de Balears, que desarrolla la Ley de Juego de agosto de 2014, permitirá que los locales de Mallorca, Maó y Eivissa puedan tener una sucursal en las islas que operan, pero en ningún caso superarán el 60 % de superficie total que tienen destinada en la actualidad a la práctica de los juegos en sus instalaciones.
El objetivo del Ejecutivo autonómico «es dar cumplimiento a la ley, de ahí el reglamento de casinos. La regulación se ha hecho de forma restrictiva, ya que como es lógico los tres casinos querían más superficie para sus sucursales».
El reglamento, cuyo plazo de exposición pública finalizó la pasada semana, recoge que el que pretenda obtener la autorización de una sala accesoria de juego deberá constituir una fianza adicional de 450.000 euros en el caso de Mallorca y de 225.000 euros en Menorca, Eivissa o Formentera.
El hecho de que pueda haber una sucursal no indica que sean dos empresas diferentes: «Todo se computará como una misma unidad de negocio y de explotación por motivos fiscales. La sala en Mallorca tendrá un período mínimo de funcionamiento de seis meses, mientras que en Eivissa y Menorca será de tres», informan desde el Govern.
La sala accesoria que podrá tener el Casino de Mallorca podría ubicarse en la zona norte de la Isla o en un hotel de cinco estrellas de la Bahía de Palma, según fuentes sindicales.