Hace ya meses que la sede del PP en la calle Palau Reial parece un desierto. Desde que fue implicado judicialmente en el asunto de la mafia policial y presentase su dimisión como presidente del partido en Palma, José María Rodríguez se ha esfumado. Y con él la mayoría de rodriguistas. Hasta hace poco, la planta baja de Palau Reial era literalmente un imperio rodriguista. No se movía ni un pelo en toda la sede sin que se diesen cuenta y se moviesen en consecuencia. Ahora sólo aparece de vez en cuando un desangelado y mudo Paco Frau, eterna mano derecha de José María, que ahora parece haberse quedado sin brazo. Parece un ermitaño en el desierto, cabizbajo y tristón, como si le hubiesen arrancado el espíritu y el nervio.
Rodriguez tiene que pasar por el juzgado y declarar el próximo viernes. En el partido se asegura que lo hará una persona que sólo hablará de pasado y mirando a un pasado que va dejando atrás, ya «completamente al margen» del presente y del futuro del partido. Como es lógico, veteranos rodriguistas se han acercado a él este verano y le han preguntado qué piensa hacer. Han obtenido la misma respuesta: su retirada es sincera. Quiere apartarse de todo. En estas condiciones entre melancólicas y sentimentales declarará ante Su Señoría. La famosa frase de Dantón «la audacia, siempre la audacia» parece haber desaparecido de los manuales del rodriguismo.
Otra cosa es el antiguo aparato joven leal hasta la muerte a su jefe, los Álvaro Gijón, Sandra Fernández....Pero de momento también permanecen muy callados. Sus movimientos serán dentro de unos meses, si es que se producen. Pero ya sin José María, cuya situación judicial le ha aconsejado marcharse del todo y por los siglos de los siglos. Dicen que está apagado y compungido, que ya no parece aquel león indomable que se comía todo lo que se ponía por delante. También es cierto que se acerca a los setenta años y que no está para las batallas de antaño. Pero el refrán «quién tuvo, retuvo» ya no parece tener importancia para él.
Mientras, el regionalismo de Miquel Vidal y Biel Company se prepara para la gran batalla congresual del próximo año, cada vez con menos oposición. La gran mayoría del PP lo ve muy claro: la etapa rodriguista está concluyendo con la retirada de su líder. Vienen otros tiempos...pero ¿surgirán otros leones de la dimensión de José María? ¿O veremos nacer un nuevo PP en que las formas y maneras cambiarán radicalmente?