El salón de plenos del Ajuntament de Palma vivió este jueves una jornada de máxima tensión, tanto entre el gobierno y la oposición como entre los ciudadanos que asistieron como público. Los problemas entre la Policía Local y la Nacional por el dispositivo de verano derivaron en acusaciones de espionaje por parte de los regidores de la oposición y, un pleno más, sa Feixina volvió a encender los ánimos de los asistentes.
La regidora de Seguretat Ciutadana, Angélica Pastor, fue una de las más abucheadas por parte del público. Pastor presentó una propuesta para pedir a la Delegación del Gobierno y al Ministerio del Interior que destine más efectivos policiales para la temporada turística. La propuesta se aprobó con la abstención del PP y Ciudadanos (C´s), que acusaron de electoralista al Pacte.
El debate se encendió cuando el popular Fernando Rubio acusó a la titular de Seguretat Ciutadana de hacer «contravigilancia» a la oposición y a sus propios socios de gobierno. Pastor se indignó y estudiará si emprende acciones legales porque interpretó que la acusaban de un delito. La regidora socialista explicó que han solicitado información confidencial a los regidores para ofrecerles un servicio de seguridad y aseguró que se ha hecho otras legislaturas. La información se solicitó en papel y se rechazó que se enviase por correo electrónico «por motivos de seguridad». MÉS, PP y C's se han negado a entregarla. El portavoz de C's devolverá el teléfono de Cort porque teme que le espíen las llamadas.
La demolición del monumento de sa Feixina fue el punto que provocó un mayor número de intervenciones ciudadanas, cuando se vivieron momentos de alta tensión. Los defensores del monumento reclaman una consulta ciudadana, mientras que sus detractores exigen que se tire lo antes posible. Aquí el debate político fue mucho más pausado. El teniente de alcalde de Urbanisme, Antoni Noguera, aseguró que se respetarán «todos los procesos administrativos y jurídicos».