Una quincena de camareras de piso han acudido hoy al Parlament para pedir mejores condiciones laborales y una jubilación anticipada, debido a los problemas de salud que padecen, con ocasión del debate de la iniciativa parlamentaria que les atañe de forma directa.
Algunas de ellas, de forma independiente, han narrado las condiciones de trabajo de la mayor parte del colectivo, que pasan por trabajar ocho horas en un continuo estrés y sin comer porque tienen la presión de cumplir con el número de habitaciones asignadas, cuyo número varía en función del hotel y que pueden ir entre 8 y 30 por día.
«Hoy por lo menos es la pequeña voz de las que no pueden hablar, para que de verdad se tomen en cuenta nuestro trabajo que es muy duro. Hay muchas que ni siquiera hablan, que dejan de comer por entregar su hoja hecha por no tener problemas», ha dicho Shirley Siles.
Y por ello piden la consideración oficial de la carga de su trabajo.
Han reclamado que no se exija llevar tantas habitaciones. «Somos el único sector que trabajamos corriendo todo el día en un hotel», ha denunciado Adilia Oliveira, para quien la prejubilación a los 60 años «es más que justa», y antes, en el caso de las camareras de piso que tienen enfermedades derivadas de su trabajo.
«Pedimos al Gobierno que tenga consideración por nuestro trabajo, es muy duro y es muy difícil ejercer con una edad avanzada», ha añadido.
Han denunciado las enfermedades que sufre el colectivo, desde tendinitis, artritis, artrosis, lumbago, hasta hernias discales, producto de la carga de trabajo.
«Cuando digo que en ocho horas no fui al baño nadie lo puede creer, tú pasas por mil baños y no te detienes en ninguno», ha asegurado Adriana Cueva.
«Estás tan nerviosa que no te das cuenta si has comido o no, es al final del día cuando te das cuenta, si te has golpeado o no», ha apuntado Shirley.
Ello obliga incluso a desayunar ya con medicamentos, y tomar bebidas energéticas para poder aguantar la jornada de trabajo, ha afirmado.
No se pueden cotizar 35 años cuando se trabajan seis meses al año y el resto de tiempo no tienen prestación de desempleo en la mayoría de los casos, ha explicado por su parte María del Rosario Gemar, que ha indicado que en verano pueden dar las 20.00 horas terminando habitaciones, aunque hayan transcurrido más de las ocho horas.
Si no se concluye con el número asignado de habitaciones hay quejas de los clientes, han señalado estas trabajadores que entienden que esto sea así porque el turista ha pagado por ello.
«Esperamos que se tomen consciencia de que el problema existe, no es un invento, las bajas laborales existen y no se reemplazan», ha señalado Cueva