El incendio del vertedero de neumáticos de Seseña (Toledo) ha despertado dudas en la sociedad sobre el destino y usos finales de los neumáticos en España. Balears es una de las pocas comunidades donde son incinerados, bajo control, como reconocen desde el Consell de Mallorca.
Tirme, entidad encargada de esta tarea, incinera una media de 437.500 neumáticos al año, lo que equivale a 3.500 toneladas. En 2015, se incineraron 3.559 toneladas, según el portavoz de Tirme, Joan Mateu. Los neumáticos representan un porcentaje muy pequeño del total de la incineración, 604.288 toneladas.
La incineración es un proceso de tratamiento térmico de residuos mediante oxidación completa y su transformación en una corriente gaseosa con o sin recuperación de energía. En el caso de la Planta de Valorización de Mallorca, se aprovecha la energía en forma de electricidad que luego es vertida a la red general. Del total incinerado el año pasado, se puede abastecer energéticamente a 53.000 viviendas.
Los neumáticos no se incineran por separado, sino con el resto de residuos que se destinan a este fin y, según dejó claro Mateu «no existe ningún riesgo».