«La policía prohíbe la Ballermann-Polonaise», «no más diversión». Así recogía este lunes el diario alemán Bild lo ocurrido el domingo a mediodía en la Platja de Palma, cuando la presencia policial dio al traste con parte de la fiesta Die Original Mallorca Polonaise, que se realiza cada primer domingo de mayo y supone el ‘sus' al verano para los alemanes. La celebración es un tradicional homenaje que desde hace más de 15 años organiza Michael Bohrmann, dueño del «local de culto» Deutsches Eck, pero este año se ha topado con la mano dura que Cort ha decidido aplicar a las fiestas etílicas.
El rotativo germano explica que «la policía dinamitó la popular fiesta» en la que participaban «casi exclusivamente turistas de habla germana». Se añade que el motivo de la intervención policial fue que la fiesta era «muy ruidosa» y que los participantes estaban «muy animados pues, lógicamente se había tomado alguna bebida alcohólica», era «como un cumpleaños infantil para adultos», detalla.
El Bild achaca al Parlament la decisión de Cort de declarar este año la zona de la Platja de Palma como zona de especial intervención, «lo que confiere a la policía poderes especiales» para que los turistas «se porten mejor».
Bohrmann fue advertido por el jefe de la policía contra las multas severas, ante lo que, declara éste al periódico: «No me lo pensé y llamé a un centenar de taxis, cuyo coste asumí, pero lo principal es que la gente se divierta».