La habitación 101, con tres camas, terraza y cuarto de baño, del albergue de la Platja de Palma, esperaba este martes a mediodía la llegada de la primera familia de refugiados acogidos en Balears. Una familia, formada por una pareja de unos 30 años y su pequeño hijo de cinco años, procedente de Albania, que este martes llegó a Son Sant Joan desde Barcelona y que por la noche ya durmió en su nuevo hogar, lejos del conflicto.
Dolça Feliu, directora autonómica de Inclusión Social y Cooperación Internacional de Creu Roja Balears, fue la encargada de mostrar a los medios de comunicación el centro de acogida, que gestiona la entidad, y que ya está totalmente equipado para dar cabida a hasta 50 personas, con un total de 25 habitaciones. «La familia de refugiados ha llegado bien. Están tranquilos, y nos han transmitido que están contentos de estar en Mallorca, y de la nueva etapa que van a vivir», dijo Feliu, quien reconoció que «no sabemos las causas exactas que les han llevado a pedir asilo, ni cuales han sido sus vivencias».
Tanto Creu Roja como el Govern han pedido a los medios de comunicación preservar la identidad de esta familia, hasta que «se asienten en Mallorca» y decidan si quieren contar su historia. Creu Roja cuenta con un equipo multidisciplinar para atender el centro. Un equipo integrado por monitores, trabajadores sociales, un psicólogo, un abogado, un coordinador y el personal que se encargará del mantenimiento y la limpieza. Durante las 24 horas del día, los 365 días del año, habrá algún trabajador de la entidad acompañando a los asilados.