Antònia Munar Vallespir era tan solo una niña cuando el régimen franquista alzó e inauguró con todos los honores militares el memorial al crucero Baleares en sa Feixina. De hecho fue una de las palmesanas que llevó un sobre con 5 pesetas para sufragar su construcción.
Hoy, a la edad de 92 años, Antònia se dirige al alcalde de Palma, José Hila, para pedirle que su equipo municipal no destruya el monumento de sa Feixina.
En un vídeo, difundido por la asociación a favor del patrimonio ARCA, la propia Munar explica que no tiene «la suerte de encontrar a Hila» para que conteste a su petición, y recapacite acerca del futuro del monolito.
«Quería suplicar de todo corazón que reflexione un poco más y que no lo destruya, porque llegará un día en el que se arrepentirá, pero de verdad, y entonces ya no habrá remedio».
La anciana concluye su intervención considerando que «hay tantas cosas necesarias» por hacer en la ciudad que no pasan por «derrumbar algo que hicimos con tanta ilusión».