En el PP Balear ya hay montada una Tercera Vía, que aspira a situarse justo en el medio de los regionalistas y de los grupos que se mantienen más o menos leales a Bauzá como Hablan las Bases que lidera Antoni Deudero. En esta Tercera Vía se está encuadrando tropa de combate de notable magnitud como Fernando Gilet (que aspira a la presidencia del partido), el exvicepresidente Económico Pep Ignasi Aguiló, que maneja el Centro de Estudios Estratégicos, el menorquín Juan Domínguez y algunos de los actuales concejales de Cort. Pero de momento son pocos y heterogéneos, Por sí mismos no pueden aspirar a una victoria interna.
Tales movimientos no preocupaban en exceso a los regionalistas de Biel Company y Miquel Vidal, ya que les veían como un segmento minoritario «y con las ideas no muy claras sobre a dónde van y qué apoyos buscan». Pero esta semana han sonado las cornetas de la alarma en el cuartel general regionalista. Fuentes de toda solvencia aseguran que la mano que mece la cuna de la Tercera Vía se llama nada más y nada menos que José María Rodríguez Barberá, natural de Daia Nova, presidente del PP-Palma y sumo pontífice de la corriente más peleona y disciplinada del partido.
Desde que Bauzá se ha hecho amiguete de salidas por la Cava Baja madrileña de los litris genoveses del grupo Floridablanca, hubo en el PP-Balear esperanza de entendimiento entre regionalistas y rodriguistas. Se produjeron contactos, incluso cálidos y ausentes de tensión . Era posible el pacto de cara al Congreso. Pero hay que conocer a fondo al león de Daia Nova para saber que siempre ha negociado desde una posición de fuerza, nunca de debilidad. Por eso está empujando sutilmente a los Gilets y Aguilós hacia la línea de combate para intentar demostrarles a los regionalistas que no son tan hegemónicos como creían y que piensa levantar un bastión inexpugnable en Palma, Menorca y otros términos para llegar a un consenso en el que se pacten todas las sillas y cargos internos, comenzando como es lógico, por sus cachorros Álvaro Gijón y Sandra Fernández y también con promesas de promoción y poder interno para la vanguardia de la Tercera Vía.
Mientras, Company medita las jugadas que debe hacer antes de lanzarse al ruedo. Quiere esperar hasta el final antes de anunciar que aspira a la presidencia del PP-Balear. Rodríguez le invita al pacto con una mano pero con la otra mueve las trincheras de la Tercera Vía. Ya tiene la jugada pensada al milímetro. Quiera a Álvaro de presidente en Palma y de candidato a la alcaldía en 2019 y quiere a gente suya en la Ejecutiva regional. El acuerdo implicaría que Company fuese el presidente, pero teniendo que cabalgar soportando una silla de montar rodriguista.
Atención porque vienen movimientos importantes. Fernando Gilet está en la movida y no se conforma con un puesto de segundo escalón. La Tercera Vía ha abierto banderín de enganche con el aliento rodriguista tras la cortina. Le están poniendo las cosas difíciles a Company.