La presidenta de Baleares, Francina Armengol, ha respaldado este martes el derribo del monolito de sa Feixina de Palma, levantado en memoria de los fallecidos en el crucero franquista «Baleares», y ha afirmado: «Si queremos cerrar heridas, lo que no es posible es que haya algunos muertos que sigan en las cunetas».
En respuesta a una pregunta de Ciudadanos (C's), Armengol ha defendido la ley balear de memoria histórica y la de fosas.
La presidenta ha recordado que en España hubo un golpe de Estado en 1936 y los sublevados provocaron una guerra civil «cruenta» que supuso el fin de la libertad de «tantos ciudadanos».
Durante 40 años, ha continuado, se impuso una dictadura «fascista de las peores vividas en Europa que provocó torturas, exiliados, muertos..., falta de libertad y falta de democracia».
Por eso, Armengol ha pedido al portavoz de C's en el Parlament, Xavier Pericay, que «no me compare unos muertos con otros: hay algunos que aún están en las cunetas desgraciadamente; es una realidad que no hay que olvidar».
En este contexto, Armengol ha defendido la ley balear de memoria histórica y la de fosas.
Tras expresar su respeto a la decisión del gobierno municipal de Palma de eliminar el monolito, Armengol ha mantenido que no debe «exhibirse lo que exalta la ideología fascista» y a aquellos que «ilegítimamente derrocaron» un gobierno democrático.
De ahí la justificación de eliminar este monumento «y tantos otros que verá en esta legislatura», ha respondido Armengol a Pericay.
El portavoz C's ha requerido a Armengol que haga valer su autoridad, sobre todo porque durante estos primeros meses de gobierno mantiene y repite en sus declaraciones y discursos que esta legislatura debe ser la del «diálogo y del consenso».
En opinión de Pericay, el derribo del monumento responde a un acto «pleno de venganza y rencor», y ha mantenido que el monolito recuerda a la tripulación del Baleares, que también fueron «víctimas» de la guerra civil. Además, el monumento cumple con la ley de Memoria Histórica, ha recordado.
Pericay ha criticado las recientes palabras del teniente de alcalde de Urbanismo y próximo alcalde de Palma, Antoni Noguera, referidas a que el crucero Baleares fue «una máquina de matar personas».
Es un «argumento curioso» porque lo mismo podría haber dicho de cualquiera embarcación de la armada republicana, ha señalado Pericay, que ha apostado por la «reconciliación».