Los usuarios del parque canino de sa Riera denuncian que las instalaciones están en tan mal estado que «los perros no pueden ni correr porque acaban con cortes en las patas y las uñas heridas». Critican la postura de Cort, que «cae en la inacción por no solucionar el problema» cuando «si estuviera bien cuidado vendría más gente».
El espacio en el que se puede dejar sin correa a los animales es un descampado cubierto de escombros y con una gran cantidad de cristales rotos.
Neus Truyol, regidora de Benestar Animal del Ajuntament, que la intención del equipo de gobierno es apostar por «la calidad antes que la cantidad» en esta cuestión. Por eso, afirma Truyol, «se decidió hacer una valoración de todas las zonas de ocio canino para ver cuáles funcionan, cuáles no y cómo se pueden mejorar».
Los resultados de este estudio, que se presentará en unas semanas, se recogen en un informe que han llevado a cabo entidades animalistas y veterinarios para decidir «cuáles son los criterios de infraestructura mínima para crear un espacio de ocio canino». Para Truyol, este proceso es «un trabajo más lento, pero más eficiente» a la hora de resolver el problema.