En los últimos años se han ido reduciendo las entradas de animales en el Centro Sanitario Municipal de Protección Animal de Son Reus, pero, aún así, en 2015 aumentaron los perros abandonados, vagabundos o entregados por renuncia de sus propietarios en relación a 2014.
Según la memoria de 2015, presentada este lunes, en el año recién acabado entraron en Son Reus 6.266 animales, frente en los 6.326 de 2014, que subían a 6.833 en 2013. La inmensa mayoría son perros y gatos, pero en algunos casos se trata de aves y animales exóticos.
De este total, 2.336 corresponden a animales muertos, encontrados en la vía pública solos e identificados con chip y que son llevados al centro para ser incinerados. Los motivos de la entrada del resto, los 3.930 animales vivos llegados a Son Reus, son diversos, pero destaca la llegada de 1.607 animales vagabundos, aquellos que son encontrados sin identificación; 603 entregados por sus dueños porque no se pueden hacer cargo de ellos y los ofrecen en adopción; 522 abandonados, 428 enfermos, 167 secuestrados, entregados por orden judicial, policial o administrativa, que no se pueden entregar en adopción hasta que no se resuelva el expediente, o 33 perros que han mordido a alguien y son llevados para observación sanitaria.
Mientras la entrada de perros vivos a lo largo de los últimos cuatro años ha ido bajando, de los 2.112 del año 2012 a los 1.858 del año pasado, con los gatos pasa lo contrario: pasando de 927 en el año 2012 a 1.739 en 2015.
Con respecto a la eutanasia de los perros, el año pasado se sacrificaron 52 animales, lo que representa el 3 % de los perros llegados vivos, una reducción importante en relación a los años anteriores. El objetivo es llegar a erradicarla.